El Papa a los Focolares: «Un carisma es creativo, no una estatua de museo»
Francisco se ha encontrado este sábado con el nuevo equipo responsable de los Focolares y con los participantes presenciales en su asamblea general
En un encuentro marcadamente familiar, el papa Francisco ha invitado este sábado a la nueva presidenta Margaret Karram, palestina de nacionalidad israelí, y al nuevo consejo de los Focolares a vivir «una fidelidad dinámica, capaz de interpretar las necesidades de nuestro tiempo y de responder a los nuevos desafíos de la humanidad», informa Juan Vicente Boo en ABC.
En su encuentro con el nuevo equipo responsable del movimiento, –en el que continúa el sacerdote español Jesús Morán, reelegido copresidente– y los participantes presenciales en la Asamblea General, el Papa ha recordado a Chiara Lubich, fundadora del movimiento en 1943.
En ese cuadro ha hecho notar que «un carisma es creativo, no es una estatua de museo. Se trata de permanecer fieles a las fuentes originales esforzándose en repensarlas y expresarlas en diálogo con las nuevas situaciones sociales y culturales».
En un tono amigable de acompañamiento espiritual, el Santo Padre les ha dicho que «esta actitud de apertura y diálogo os ayudará a evitar toda autorreferencialidad, que es siempre un pecado, una tentación».
Evitar repliegue y autorreferencialidad
Francisco propone esa misma actitud a todos los movimientos pues «es lo que deseamos para toda la Iglesia: evitar el repliegue sobre sí mismos que lleva a defender siempre la institución a costa de las personas, y que puede llevar incluso a encubrir formas de abuso. Lo hemos vivido con tanto dolor cuando han salido a la luz en los últimos años».
El Papa ha advertido que «la autorreferencialidad impide ver los errores y carencias, frena el camino, obstaculiza la verificación de los mecanismos institucionales y los estilos de gobierno». El mejor modo de servir a una institución es «abordar con valentía y veracidad los problemas, siguiendo las indicaciones de la Iglesia» pues «la autocelebración no presta un buen servicio al carisma».
Como ha hecho en encuentros similares con responsables de movimientos laicales o religiosos, Francisco ha subrayado que «las crisis espirituales de las personas que se refieren a la intimidad y la conciencia deben ser tratadas con prudencia» pues «la confusión entre el ámbito de gobierno y el ámbito de la conciencia da lugar a abusos de poder. Y a otros abusos de los que hemos sido testigos cuando se ha destapado la olla».
El Papa ha recordado a la presidenta, el copresidente, las once consejeras y los once consejeros –procedentes de 16 países de todo el mundo– su responsabilidad «de favorecer consultas transparentes no solo dentro de los órganos directivos sino a todos los niveles, siguiendo la lógica de la comunión en la que todos pueden poner al servicio de los demás los propios dones y las propias opiniones, expresadas en la verdad y con libertad».
En su saluda al Santo Padre, Margaret Karram –de 58 años y natural de Haifa en Galilea– ha subrayado que en la Asamblea General de los Focolares se ha visto que «somos muy distintos por edad y por vocación: cristianos de diferentes Iglesias, una rabina judía, dos musulmanes, un budista y algunas personas sin convicción religiosa» pero que comparten el carisma de la unidad de la fundadora.
El movimiento de los Focolares –que por estatuto debe presidir una mujer, como han hecho Chiara Lubich y Maria Voce–, cuenta en la actualidad, con 140.000 animadores y unos dos millones de seguidores y simpatizantes en 180 países. La presidenta ejerce un mandato de seis años y puede ser reelegida solo una vez.