El obispo Vicente Martín lamenta que se «ridiculice a quien habla de calentamiento global»

Crece el interés por la ecología integral en las diócesis españolas. Así se constató el pasado fin de semana en el II Encuentro Nacional de la Pastoral de Ecología Integral, celebrado el 13 de diciembre en Madrid. En unos meses, por ejemplo, han pasado de ser poco más de una veintena a 44 las diócesis que tienen una delegación dedicada a esta pastoral. Un ámbito muy amplio que va más allá de concienciar sobre el calentamiento global.

Durante la cita se sentaron las bases del documento marco para organizar esta pastoral en España. Entre los temas prioritarios elegidos por los participantes, están sus fundamentos teológicos y la necesidad de trabajar en sinergia con otros ámbitos de la pastoral —como los de la salud, el trabajo, el turismo, la catequesis o el diálogo interreligioso—.

Otro capítulo abordará cómo desarrollar la ecología integral en las comunidades, con ejemplos prácticos y riesgos a evitar. Por último, se ofrecerán algunas orientaciones sobre cuándo y cómo implicarse en campañas de incidencia política.

«Dos planetas y medio»

Inauguró la cita Vicente Martín, obispo auxiliar de Madrid, quien recordó cómo «el Informe Foessa nos presenta un modelo de sociedad ecológicamente insostenible». Según esta amplia investigación, «la huella ecológica en España triplica la capacidad de su territorio»; es decir, si todo el mundo viviera como en nuestro país, «necesitaríamos por lo menos dos planetas y medio».

Así, por ejemplo, «los hogares con mayores ingresos» de nuestro país «consumen hasta tres veces más energía residencial y hasta cuatro veces más en transporte privado que los de menores ingresos», señaló Martín. Al mismo tiempo, existen 2,8 millones de hogares que no pueden mantenerse a una temperatura adecuada.

Por otro lado, en relación con el tema del encuentro —Comunicar en verdad con esperanza—recordó que el Papa León XIV, siguiendo a Francisco, «no duda en afirmar» que existen «quienes intentan minimizar los signos cada vez más evidentes del cambio climático». También se «ridiculiza a quienes hablan del calentamiento global e incluso culpar a los más pobres».

Martín apuntó además que «la solución a los problemas ecológicos no es solo una cuestión técnica o política sino también comunicativa, ya que influyen los valores y la ética con que nos relacionamos con el planeta». Así, los medios «tienen la tarea de recordar y destacar los vínculos entre el destino humano y el entorno natural para responsabilizar a los ciudadanos». 

Se puede hacer concienciando sobre la crisis ambiental, promoviendo hábitos sostenibles, denunciando prácticas dañinas y dando voz a los vulnerables. «Su rol es crucial para movilizar a la sociedad», pero ha de hacerse siempre «desde la clave de la esperanza». 

Negacionismo entre creyentes

A continuación tuvo lugar una mesa redonda de periodistas para analizar el tema central del encuentro. María Martínez, jefa de edición del semanario Alfa y Omega, ofreció la «buena noticia de que las cuestiones de ecología tienen muchas facilidades para encontrar hueco en los medios religiosos», por la multitud de mensajes e iniciativas. Sin embargo, «da igual publicar si las noticias no se leen, si solo las leen los convencidos o si, cuando se leen, no llevan a cambios de estilo de vida».

Como posibles causas del poco interés que despierta este contenido, enumeró lo reiterativas que son algunos de estos textos, el uso de expresiones alejadas del habla normal de la gente, y el impacto del negacionismo también entre los creyentes. Postuló que este fenómeno puede tener el «terreno abonado» debido a que «la experiencia de ser minoría, ir contracorriente y sufrir visiones sesgadas en el ámbito de la fe se ha trasladado al resto de temas».

Irene Pozo, directora del Área de Religión del grupo ÁBSIDE MEDIA, resaltó cómo en los medios no religiosos, «el Papa aparece como un líder moral» de la lucha contra la crisis ambiental. También valoró que el mensaje de la Iglesia «ofrece un marco que supera la polarización, permite contar historias humanas» y se presenta en un «lenguaje positivo orientado a la esperanza». 

Sin embargo, reconoció, hay aspectos que resultan difíciles de comunicar al público en general, como la «dimensión espiritual» de la ecología integral, su conexión con la dignidad humana y la necesidad de introducir «cambios en los estilos de vida».

Por su parte, María Teresa Mercado, profesora en la Universidad de Valencia, ofreció un análisis sobre la desinformación sobre el clima y el calentamiento global. Hay quien afirma «que el cambio no existe, que existe pero es natural, que es bueno o que no hay consenso científico. También hay quienes aseguran que las soluciones no funcionan». En España en particular, señaló, «se ataca mucho a los científicos».