El obispo del Apostolado del Mar denuncia las duras condiciones de marinos y pescadores
Con ocasión de la fiesta de Nuestra señora del Carmen, monseñor Luis Quinteiro, obispo promotor del Apostolado del Mar, reflexiona sobre las duras condiciones de las gentes del mar
«Queremos ofrecer nuestra seria atención y plegaria por todas las personas que desde su sacrificado esfuerzo en los trabajos de la mar tanto enriquecen a la sociedad y a quienes debemos estar tan agradecidos», ha dicho monseñor Luis Quinteiro, obispo promotor del Apostolado del Mar, en un Mensaje con motivo del Día de las gentes del mar, titulado La gente de la mar reclama nuestra atención.
En él, monseñor Quinteiro denuncia las duras condiciones de las personas que trabajan en el sector de la pesca, y pone también el acento en el tráfico de los seres humanos y en el trabajo forzado que padecen muchas veces, con especial afectación a mujeres y niños. Habla así del «duro trabajo y de la distancia con las familias, ya que no debemos olvidar la numerosa cantidad de emigrantes trabajando en estos ámbitos». Asimismo, reclama la atención sobre «el peligro aparejado al mundo de la mar», a lo que se suman situaciones «fruto de la injusticia», como «la falta de salarios dignos, la ausencia de sistemas de comunicación que permitan acortar las distancias físicas con los seres queridos, y otros verdaderos atentados a la dignidad de la persona, como trabajos que se acercan a descripciones más propias de la esclavitud, enfermos abandonados en los puertos o el incumplimiento de las condiciones estipuladas en un contrato».
Además, en su Mensaje retoma la pregunta de los apóstoles en la barca en medio de una tormenta –«¿Maestro, no te importa que perezcamos?»– para lamentar que «no son pocas las tragedias marineras tenidas en España ni las dificultades y luchas que la honrada gente marinera debe afrontar, que no deben quedar en el olvido ni ser solo página de sucesos».
La preocupación de la Iglesia
Ante todas estas situaciones, «la Iglesia, lejos de ser insensible, vive una profunda preocupación ante estas realidades», afirma el obispo promotor del Apostolado del Mar en España, por lo que pide a «diócesis, parroquias marineras, cofradías, asociaciones e instituciones sociales» mostrar «una responsabilidad especial en el apoyo y la acogida, que debe ser continuamente renovada y actualizada». Especialmente, pide a las parroquias configurarse como «una comunidad sensible ante las urgencias de la gente de la mar y sus familias, que reclaman nuestra atención».
Y finaliza pidiendo a todos los creyentes «ser capaces de mostrar en estas claves nuestro compromiso de fe, teniendo como estrella segura a María la Virgen del Carmen, a la que tan emocionadamente llamamos y cantamos tantas veces como Estrella de los Mares».