El obispo de Chad que media entre pastores y agricultores

El obispo de Chad que media entre pastores y agricultores

A pesar de los enfrentamientos que han causado 50 muertes en algo más de un año, «los dos grupos aspiran a la paz y reconocen la importancia de complementarse», subraya el obispo de Laï

María Martínez López
Foto cedida por Nicolas Nadji

Nicolas Nadji Bab, obispo de Laï (Chad) emprendió en noviembre un importante viaje por el territorio de su diócesis, en la región de La Tandjilé. El objetivo: sensibilizar a la población y resolver los recurrentes conflictos entre campesinos y pastores. Con una cincuentena de muertes en 2020 y 2021 e importantes daños al campo y los animales, «la paz está amenazada», explica a Alfa y Omega el prelado. «Buscamos las causas» de los agravios en cada lugar «y apoyamos a ambas partes para que ellos mismos encuentren las soluciones adecuadas», haciéndoles entender que «la violencia no le conviene a nadie».

Cuando dejan las acusaciones de lado y se sientan sobre unas mantas a la sombra de un árbol, se ve que «los dos grupos aspiran a la paz y reconocen la importancia de complementarse» y convivir. Es lo que ocurría cuando Nadji era adolescente. Recuerda cómo las esposas de los pastores se acercaban al campo para intercambiar leche por grano o por dinero. «Y los hombres se encargaban ellos mismos de proteger» de sus animales las cosechas. Por ejemplo «cortando árboles espinosos» para tapar «los montones de arroz y mijo». Había amistad, y los pastores «dejaban sus provisiones a cargo de los campesinos cuando se trasladaban, o les prestaban bueyes» para el campo.

El problema, recuerda el obispo de Laï, empezó hace unos 20 años, cuando estos pastores se fueron convirtiendo en asalariados de los nuevos ganaderos, grandes empresarios del país que en algunos casos los han dotado incluso de armas para defenderse. «Además, el avance del desierto significa que la zona del Sahel, que alguna vez fue una zona de cría por excelencia, ya no existe». Los pastores y sus rebaños se trasladan hacia el sur, una zona donde «la población humana y animal está en constante crecimiento y ejerce presión sobre la tierra». El espacio cultivable se reduce, «de modo que algunos agricultores cultivan sobre el paso de los animales».

«En Chad, no existe conflicto religioso»

Después de este detallado análisis, Nadji subraya que es «simplista» e interesado querer «convertir este conflicto en religioso», basándose en que la mayoría de pastores son musulmanes y la mayoría de agricultores, cristianos. «En Chad, no existe ningún conflicto religioso entre cristianos y musulmanes».

Por eso, en 2020 la diócesis de Laï se unió en 2020 a entidades protestantes y musulmanas y grupos de la sociedad civil que venían tiempo trabajando para concienciar y tratar de resolver estos conflictos en La Tandjilé. Tanto representantes públicos como autoridades tradicionales les animaron a ello. «Creen que la gente nos encuentra neutrales, confían en nosotros y están dispuestos a escucharnos», dada la larga tradición de la Iglesia de jugar un papel mediador cuando hay conflictos o desacuerdos. Otras figuras públicas son vistas como parciales, explica el obispo. Por eso «los administradores siempre nos incluyen en su equipo cuando hay un conflicto, y nos dan la palabra».

Soluciones a largo plazo

En sus encuentros, «ambas partes expresan su sufrimiento y lamentan las consecuencias de este conflicto», apuestan por esforzarse para convivir y se firman «actas de reconciliación y convivencia pacífica». Aunque «no siempre se respetan», sí han visto que «en algunos cantones la convivencia pacífica es una realidad».

Esto supone una importante prevención frente a quienes quieran utilizar esta pugna para otros intereses. Toda apuesta por la convivencia es necesaria ahora que la muerte del presidente de Chad en un enfrentamiento con rebeldes en el norte del país, anunciada al cierre de esta edición, amenaza con desestabilizar aún más al país.

Con todo, a Nadji le parece que la importante labor que hacen es insuficiente. «Necesitamos una decisión política», con la implicación personal del presidente y del Gobierno. Y, además, un cambio de fondo. «En mi humilde opinión, para evitar este conflicto, es necesario practicar la cría intensiva y la agricultura intensiva». Hasta que eso suceda, «este problema continuará».