El nuncio Auza se estrena en una Plenaria: «En la sociedad no buscamos privilegios, pero tampoco aceptamos discriminación»
Anima a las diócesis que todavía no lo han hecho a que se adecúen a las normas establecidas por el Papa en materia de protección de menores
Primera intervención del nuncio apostólico en España, Bernardito Auza, en una Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal Española (CEE). Lo hizo con un discurso muy completo, en el que trasladó a los obispos el «especial saludo» del Papa Francisco, con quien se vio el pasado 7 de febrero; reivindicó la presencia de la Iglesia en la vida pública; y animó a las diócesis que todavía no lo han hecho a adaptarse a las normas que ha establecido el Papa Francisco en la lucha contra los abusos y la protección de los menores.
Tras agradecer el recibimiento en España tanto a las autoridades religiosas como civiles y trasladar el saludo de Francisco, Auza dijo que la Iglesia en la sociedad «no busca privilegios, pero tampoco acepta la discriminación». «En estos aspectos que tanto importan al bien de todos, siempre cabe el encuentro para dialogar, por parte de esta Conferencia, con el Estado y con todas aquellas instituciones en las que se procura y decide el bien común», añadió.
En su opinión, la Iglesia «lo único que pretende es un espacio que garantice su libertad de exponer y vivir el Evangelio». «Esta acción reclama hoy la forma de ejercer coordinadamente el ministerio episcopal con relación a los problemas pastorales que afectan al conjunto de las iglesias particulares de España», completó.
En materia de abusos, el nuncio del Papa agradeció a las diócesis y provincias eclesiásticas que «ya han reglado su acción» en línea con las normas que estableció el Papa a través de Vos estis lux mundi y animó «vivamente a terminar esta sensible actuación en todo el territorio nacional».
Y recordó que el Papa acaba de instituir un grupo de trabajo operativo (task force) para asistir a las Conferencias episcopales, a los institutos religiosos en la preparación y actualización de las líneas guía en materia de la protección de los menores y adultos vulnerables.
Aunque no lo hizo explícitamente, la referencia de Auza al mensaje del Papa con motivo de la reunión de los presidentes de las Conferencias Episcopales Europeas en Santiago de Compostela encierra una serie de prioridades para la Iglesia Española. Se refirió en este sentido al «compromiso en el campo cultural, especialmente en la educación de los más jóvenes», que es, además, «antídoto» contra laceraciones y oposiciones de nuestro tiempo. E hizo una llamada a trabajar por «un nuevo humanismo europeo, capaz de dialogar, integrar y de generar, valorizando la defensa de la vida y de la dignidad humana, la promoción de la familia y el respeto de los derecho fundamentales de la persona».
En otro orden de cosas, felicitó a los obispos por la reforma de los estatutos de la Conferencia Episcopal y por el «exitoso» Congreso de Laicos, del pasado mes de febrero. Sobre este evento confesó: «Fue para mí un gozo la ocasión de animar a los laicos con las palabras del Papa a no tener “miedo de patear las calles, de entrar en cada rincón de la sociedad, de llegar hasta los límites de la ciudad, de tocar las heridas de nuestra gente… esta es la Iglesia de Dios”».
Bernardito Auza concluyó su alocución con un reconocimiento al cardenal Blázquez tras nueve años de servicio a la Conferencia Episcopal como presidente, los seis últimos consecutivos. «Usted ha merecido la gran confianza que los obispos han puesto en usted para ocupar esta grave responsabilidad, una confianza que los hermanos obispos han mostrado en elegirle tres veces como presidente. Gracias, don Ricardo, por su actitud pronta, ecuánime y dialogante en el cumplimiento de su servicio de representación de la Conferencia Episcopal y de la Iglesia ante las autoridades civiles y la sociedad en general», afirmó.