El número de abortos aumentó un 9 % en 2022
Hubo 98.316 intervenciones registradas el año pasado, el 73 % antes de la octava semana de gestación. «Es signo de una sociedad enferma y salvaje», dice la presidenta de Provida España
El número de abortos en España durante el año 2022 aumentó un 9,01 % respecto al año anterior, llegando a registrarse un total de 98.316 intervenciones. Son datos del Ministerio de Sanidad hechos públicos el pasado jueves, coincidiendo con el Día Mundial del Aborto Seguro.
Según los datos, la tasa de abortos durante el año pasado fue de 11,68 por cada 1.000 mujeres entre 15 y 44 años, frente a los 10,70 de 2021. En cuanto a la edad de las mujeres, las menores de 20 años representan el 10,61 % del total. De ellas, el 41,28 % declaró no usar ningún método para evitar quedarse embarazadas, confirmando que entre la población más joven el aborto se está afianzando como un método anticonceptivo más.
La mayor parte de los abortos tuvo lugar durante las primeras semanas del embarazo. Así, el 73,04 % se registró antes de la octava semana, mientras que otro 21,9 % se produjo entre las ocho y las 14 semanas, según el ministerio.
«Esto una tragedia promovida y subvencionada a diario en España», afirma Alicia Latorre, presidenta de la Federación Española de Asociaciones Provida. «Los titulares de los periódicos se centran en otras cuestiones mientras que el tema central debería ser acabar con las injusticias, con el maltrato de todo ser humano, con la muerte provocada y con las perversiones legitimadas», añade.
Para Latorre, estos elementos «pasan desapercibidos y están voluntariamente silenciados. Cada día se quita la vida a cientos de criaturas inocentes, y esta sangre mancha nuestra historia y nuestras vidas».
Según la presidenta de Provida España, «las cifras siguen subiendo y eso que no todos los abortos están contabilizados». Pero «no se pueden tratar como un mero dato estadístico». Al contrario, «hay que recordar que cada una de estas cifras es una vida humana eliminada cruelmente, irrecuperable e insustituible».
Todo ello «es signo de una sociedad enferma y salvaje, una sociedad que ha perdido la conciencia», en la que «se considera un derecho quitar la vida». Sin embargo, «ninguna ley puede cambiar la realidad. Es necesario recordar y repetir esto constantemente, porque no podemos acostumbrarnos a algo tan cruel como si fuera natural», concluye.