Del 6 al 8 de diciembre de 2015, justo al final del período conmemorativo de los 50 años del Concilio Vaticano II, se celebró en la Academia Católica de Baviera el congreso titulado Abrir el Concilio. Como dicen los autores de este libro, que es glosa y acta de ese congreso, además de provocadora aportación del debate teológico, su pretensión «no era acceder de un modo completamente nuevo al extenso corpus textual del Vaticano II ni descubrir nuevos aspectos no abordados hasta ahora en ningún comentario». En palabras de Massimo Faggioli, se trataba del Vaticano II «no como algo que deba ser interpretado o acotado, sino llevado a cabo y ampliado». Ese abrir se entendía como tarea pendiente desde una serie de preguntas, entre otras a modo de ejemplo: desde una comprensión dialógica de la revelación, ¿qué márgenes quedan para una teología contextual?, ¿cómo se relacionan entre sí la Iglesia universal y las Iglesias locales y qué consecuencias se siguen de ahí para el estatus teológico de las conferencias episcopales nacionales? O ¿cómo se puede insertar el primado, tal como fue enseñado en el Concilio Vaticano I, en una eclesiología de comunión y qué oportunidades y consecuencias ecuménicas resultan?
Este libro es acta y propuesta de los frutos de ese congreso. A partir de la declaración final, reproducida íntegramente, se publican una serie de intervenciones de autores destacados del ámbito predominantemente germano, en las que se van tratando los puntos principales y los temas que se proponen en la citada declaración final. Abordan cuestiones referidas, en perspectiva de apertura y diálogo teológico, de los ámbitos siguientes: libertad y fe; la teología como ciencia; teología y ministerio episcopal; reforma de las estructuras eclesiales; ecumenismo cristiano; iglesia y judaísmo; pretensión de revelación y pluralidad de religiones; diálogo interreligioso y misión; liturgia e inculturación; fe y formación; iglesia y opinión pública mediática y creación y ecología.
En el capítulo de acta del citado congreso hay que destacar algunas afirmaciones de la intervención inaugural de Massimo Faggioli, historiador de la Iglesia en la Universidad de Santo Tomás (Minnesota) referidas al Papa Francisco y el Vaticano II. Dice Faggioli que «la aproximación de Francisco al Vaticano II no consiste en una corrección de lo que tal vez marchó mal en el Vaticano II o en el período postconciliar, ni tampoco de aquello que fue ignorado. Olvidado u omitido por el Vaticano II. De lo que se trata es del método del Vaticano II como un método para la Iglesia hoy. Francisco deja claro que no debe renunciarse al modo de proceder teológico del Concilio: atención a la historia, valoración de la experiencia y método inductivo, carácter pastoral de la doctrina».
El cardenal Karl Lehmann, recientemente fallecido, intervino en una mesa redonda sobre El Concilio: un nuevo comienzo, en la que habló de los efectos del Concilio, y destacó entre otros: la transformación del catolicismo en América central y meridional, los innumerables documentos ecuménicos en el intercambio bilateral y multilateral y los diálogos con el judaísmo y las religiones no cristianas. También mencionó la desaparición de una «cierta connaturalizad del discurso sobre Dios», la evaporización de una «sensibilidad para algo así como la trascendencia» en pos de una «autonomía y libertad cada vez mayores, casi ilimitadas»; en resumen, «la pérdida de la dimensión de lo sagrado». Interesante, por cierto, el capítulo dedicado a la comunicación, la opinión pública y el Concilio 2.0.
Christoph Böttigheimer y René Dausner (eds.)
Sal Terrae