El Jubileo de la Vida Consagrada «ha sido un chute de Iglesia»  - Alfa y Omega

El Jubileo de la Vida Consagrada «ha sido un chute de Iglesia» 

León XIV ha presidido la Misa en la plaza de San Pedro para los miembros de la vida consagrada de todo el mundo. «Al Espíritu Santo habría que decirle ole», dice sor Luisa María López

Juan Luis Vázquez Díaz-Mayordomo
Sor Luisa con sus hermanas antes de comenzar la celebración
Sor Luisa con sus hermanas antes de comenzar la celebración. Foto cedida por sor Luisa.

La española Luisa María López, de las Hijas de Santa María de la Providencia, ha sido una de las participantes en el Jubileo de la Vida Consagrada que ha tenido lugar este jueves en Roma.

—¿Qué impresión ha tenido estos días al ver tanta realidades de vida consagrada reunidas en las calles de Roma?
—Sobre todo destacaría el ambiente era de Iglesia, de una Iglesia enorme, de la riqueza del Espíritu Santo en colores, formas, y en todos los rostros a mi alrededor. He visto muchos rostros de alegría, de paz, de felicidad por el don que hemos recibido en la vida religiosa. He sentido la Iglesia muy fuerte, como un chute de Iglesia, vaya. Al Espíritu Santo habría que decirle: ole, ole, ole [risas].

Religiosos españoles durante el Jubileo. Foto: CONFER.

—¿Qué es lo que más le ha llegado de la intervención del Papa?
—Haciendo mías sus palabras, diría que los religiosos somos los enamorados de Dios que intentamos enamorar a otros sin pedir nada, en total gratuidad, viviendo nuestros votos muy enamorados del Señor.

—¿Cómo se han preparado para el evento de hoy?
—Con las personas a las que estamos ayudando nos hemos reunido con oración, intentando gustar profundamente lo que íbamos a vivir. Hemos rezado mucho y con muchísimo entusiasmo.

Un momento de la celebración
Un momento de la celebración. Foto: Vatican News.

—Cuando se habla de vida consagrada, a veces se resalta sobre todo el problema de las vocaciones. ¿Qué es el Jubileo para una consagrada en este contexto de Iglesia?
—Jubileo quiere decir que somos el resto, el pequeñito resto de Israel, intentando ser significativos en esta Iglesia nuestra, que necesita gestos más que palabras, y gente que sea significativa y alegre.

—Eso me imagino que da mucha confianza para el futuro, ¿no?
—Sí, desde luego, eso es fundamental. Estamos en manos de un Padre viviente y misericordioso que nos cuida, y nada nos puede faltar. Como decía santa Teresa, «solo Dios basta».