El Hospital de Toledo elabora un registro de objetores a la eutanasia «que es una chapuza»
El sindicato CSIF denuncia que el sistema de registro de médicos objetores de conciencia a la ley de eutanasia incumple la ley de protección de datos y la propia ley de eutanasia
La Central Sindical Independiente de Funcionarios (CSIF) ha denunciado que el proceso iniciado en el Hospital Universitario de Toledo (HUT) para crear un registro de médicos objetores de conciencia a la eutanasia incumple la normativa de protección de datos de carácter personal y no garantiza la confidencialidad.
«Es una chapuza», asegura Miguel Ángel González Canomanuel, médico del Servicio de Urgencias del HUT y delegado de CSIF, porque el procedimiento actual «no cumple con las mínimas garantías que pide la ley. La normativa pide un registro totalmente confidencial, porque la información que contiene está considerada por la ley como de máximo nivel de seguridad».
El proceso comenzó cuando hace una semana la gerencia del Hospital Universitario de Toledo, antiguamente denominado Virgen de la Salud, mandó a todos los facultativos un formulario que debían descargarse si querían ejercer su derecho a la objeción de conciencia ante la eutanasia.
Ese documento se debía luego presentar en el registro ordinario del hospital, «donde se presenta cualquier otro documento, lo que no asegura la confidencialidad», afirma González Canomanuel.
Según la propia ley que regula la eutanasia, la información sobre los médicos objetores de conciencia «la deben conocer exclusivamente los interesados y la Comisión de garantías que establezca la Consejería de Sanidad de cada comunidad autónoma, ni siquiera el hospital en primer término», asegura el médico.
Esta manera de actuar por parte de la gerencia del hospital toledano «nos ha sorprendido a todos los médicos –afirma asimismo–. Se trata de información muy sensible y no se debe tratar de cualquier manera».
La situación se agrava porque la gerencia del HUT ha fijado un plazo de una semana para la presentación de los documentos. «Es algo totalmente arbitrario –denuncia el doctor González Canomanuel–. La ley no pone ninguna limitación de tiempo a la hora de hacerse objetor de conciencia, sobre todo porque uno puede cambiar de opinión en cualquier momento».
«Hay muchos aspectos en juego en todo esto –concluye el médico–. Es un asunto en el que está implicados muchos sentimientos y muchas convicciones, y debería tratarse con más calma y con más respeto por los profesionales».