Los hospitales «deben ser considerados como un lugar privilegiado para la evangelización», y la Iglesia trabaja en ellos como «vehículo de la presencia de Dios, al mismo tiempo que se convierte en un instrumento de la verdadera humanización del hombre y del mundo». Lo ha afirmado Benedicto XVI, al dirigirse a los 600 participantes en la XXVII Conferencia Internacional del Consejo Pontificio de Pastoral de la Salud. El encuentro, que se celebró en Roma del 15 al 17 de este mes, tenía como lema El hospital, lugar de evangelización: misión humana y espiritual. El Santo Padre pidió que, en este contexto de crisis, las instituciones sanitarias repiensen «su propio papel para evitar que la salud se vuelva una simple mercancía sometida a las leyes del mercado». En la Conferencia, entre otras cuestiones, se han tratado los temas Problemas bioéticos y biopolíticos en el hospital y El hospital como custodio de la vida; una cuestión dentro de la cual estaba previsto analizar los casos de algunos hospitales católicos donde se practican abortos; un caso aislado entre las 120.000 instituciones sanitarias católicas que hay en el mundo.