Hablamos del hijo, pero aquí la verdadera protagonista es la madre; una madre que, en ocasiones como una auténtica Piedad, llora con su hijo medio muerto en brazos. El hijo zurdo es una miniserie de seis capítulos breves (poco más de 25 minutos cada uno), que se puede ver en Movistar Plus+, creada, escrita y codirigida por Rafael Cobos y basada en la novela homónima de Rosario Izquierdo que, aunque ha podido pasar algo desapercibida, está por méritos propios entre lo mejor del año en la ficción nacional. Protagonizada por una María León inconmensurable, la serie gira en torno a dos madres y dos hijos que se han dado a la mala vida. Como cantaba Serrat, a menudo los hijos se nos parecen. El problema es que aquí no nos dan así la primera satisfacción, porque los muchachos se divierten formando parte de un grupo de cabezas rapadas y apaleando al que les sobra.
Magnífica en su concepción narrativa, en la música que forma parte decisiva del vía crucis y en su resolución, que apunta hacia la necesidad que todos tenemos de redención y de volver a empezar de nuevo. Lástima que, en un contexto que se prestaba para poner en valor lo mucho que aporta la religiosidad popular, se deslice por el recurso facilón de dar protagonismo a quienes hacen de su capa un sayo y utilizan la religión no precisamente para mayor gloria de Dios. Y lástima también que sea algo previsible en el planteamiento chica rica-chica pobre con las categorías morales que se imaginan aplicadas a cada una.
Aún así, El hijo zurdo merece la pena, aunque solo sea por contemplar la estampa procesional de una madre y un hijo que trascienden la historia concreta y que apuntan muy alto, tan alto como para afrontar sin tapujos la cuestión del mal y del sufrimiento y proponer la necesidad de un amor incondicional que todo lo pueda.