El hijo de Chema Postigo: «Mi padre solo quería acercar a las personas a Dios. Y vaya si lo está haciendo»
La basílica de Santa María del Mar de Barcelona acogió la tarde del miércoles el funeral por Chema Postigo. «La gente me comentaba que han tocado el Cielo», asegura su mujer, Rosa Pich. A la celebración han acudido personas de toda España y de países como Polonia, Hong Kong, Bélgica, Dinamarca, Pekín, Suiza o Portugal. El funeral en Madrid será el viernes 17 de marzo a las 20 horas en la iglesia de San Francisco de Borja (calle Serrano 104).
«Mis hijos han entrado y sacado a papá en Santa María del Mar», explica Rosa en su Facebook, junto a una foto en la que sus 15 hijos acompañan el féretro de su padre. Uno de ellos, Perico, dedicó unas palabras al término de la Eucaristía que su madre ha querido compartir con los internautas.
El joven, además de agradecer las muestras de cariño llegadas de todo el mundo, recordó cómo su padre «nos comunicó a sus hijos que tenía cáncer diciéndonos: “Dios nos quiere tanto tanto…”». Con estas palabras, aseguraba Perico, «ya podríamos resumir cómo fue la vida de papá: una vida intensa en Dios vivida para los demás».
Las emociones de estos días «nos han acercado más a Dios, hemos podido vivir un pedacito de Cielo, donde ahora está papá», aseguró. Aunque es inevitable «recordar los momentos que pasamos con él y que hoy definen quiénes somos. Al pensar su pérdida queda reflejado en nuestra alma un dolor y sufrimiento que solo la esperanza en Dios puede paliar». Esperanza, aseveró, «de que a pesar de no tenerle ya entre nosotros él sigue presente y nos escucha, y que está con Dios, que a veces parece que nos la juega».
Perico definió a su padre como «un hombre bondadoso, amante incondicional de la familia y amigo de sus amigos. Bondadoso. Esposo y padre. Fiel a sus amistades sin mirar nunca el estamento social, tan solo quería amar y acercar a las personas a Dios. Y vaya si lo está haciendo». Chema, añadió, «no escapó del sufrimiento» y «los que estamos cerca «hemos sido testigos estos días de lo dolorosa y bella que puede ser la vida, de las paradojas de amar y sufrir y a pesar de todo ser felices unidos con la familia y los amigos».
«Papá –concluyó–, eres un ejemplo de vida cristiana, de piedad mariana y de entrega al prójimo. Dios quiera que nos parezcamos más y más a ti. Ayúdanos a todos».