El Gobierno húngaro construirá «una democracia cristiana»… sin inmigrantes
Victor Orban retoma su plan de reformar la Constitución para prohibir la residencia a todo ciudadano no europeo que pueda alterar la «composición étnica» del país
«Estamos construyendo una democracia cristiana», anunció este viernes el polémico primer ministro de Hungría en la radio pública.
Tras su aplastante victoria electoral, la tercera consecutiva, Viktor Orban tiene la mayoría necesaria de dos tercios para reformar la Constitución, y anunció que piensa utilizarla para construir «una democracia cristiana, a la antigua, cuyas raíces están arraigadas en la tradición europea, donde la dignidad humana es esencial y donde existe una separación de poderes», aseguró, respondiendo implícitamente a las continuas críticas de Bruselas contra el retroceso en la independencia del poder judicial y la politización de la Administración pública.
Defender la «cultura cristiana» equivale para Orban a que «no entregaremos el país a los extranjeros», según dijo, haciendo alusión a uno de los lemas de la campaña electoral.
El gobierno húngaro intentó ya en 2016 reformar la Constitución para prohibir que se establezca en Hungría toda población extranjera no europea, y excluía la aplicación de normativas comunitarias que pusieran en cuestión la «integridad territorial» del país, lo cual, desde el prisma del Fidesz, el partido del primer ministro, incluye permitir la entrada de personas que alteren la «composición étnica».
«Me siento obligado a implementar esta enmienda constitucional», anuncia ahora el mandatario, augurando un nuevo pulso con Bruselas.