El Gobierno de China reconoce al tercer obispo clandestino en un mes
Poco más de dos meses antes de la llegada a su fin del acuerdo entre China y la Santa Sede para el nombramiento de obispos, monseñor Paul Ma Cunguo ha sido reconocido y ha podido tomar posesión oficialmente d ela diócesis de la que era obispo desde 2007. En su juramento, no hizo ninguna alusión a la defensa de una «Iglesia independiente»
A menos de dos meses de que toque renovar el acuerdo provisional entre el Gobierno de China y la Santa Sede para el nombramiento de obispos, los engranajes del proceso parecen algo más engrasados. El 9 de julio el obispo clandestino monseñor Paul Ma Cunguo fue reconocido por la Iglesia oficial como obispo de Shouzhou (provincia de Shanxi), de donde según el Vaticano era obispo desde 2007.
Es el quinto obispo que sale de la clandestinidad desde la firma en septiembre de 2018 del acuerdo provisional entre China y la Santa Sede sobre el nombramiento de obispos. Y el tercero en un mes, después de que el 9 de junio tomara posesión monseñor Pietro Lin Jiashan, en Fuzhou y el 22 de junio monseñor Pietro Li Huiyuan, en Fengxiang.
La celebración tuvo dos momentos. En el primero, monseñor Meng Ningyou, obispo de Taiyuan y director de la Asociación Patriótica de la región presidió el acto de reconocimiento de monseñor Ma. En nombre de esta entidad leyó la aprobación de su nombramiento, a la que se sumó el padre Yang Yu, adjunto a la secretario general del organismo equivalente a la conferencia episcopal (no reconocido por la Santa Sede porque faltan los obispos no oficiales).
Sin alusión a la «Iglesia independiente»
Uno de los momentos más llamativos fue la lectura del juramento por parte de monseñor Ma. El texto no incluía ninguna referencia al apoyo a una «Iglesia independiente», que hasta ahora era un requisito imprescindible para el reconocimiento de sacerdotes y obispos clandestinos.
En sus palabras, se comprometía a respetar «los mandamientos de Dios», a anunciar el Evangelio con Fidelidad y a permanecer «fiel a la Iglesia una, santa, transmitida por los apóstoles» y a trabajar por su construcción «dando la vida a la misión pastoral de anunciar el Evangelio». Al mismo tiempo que juraba respetar «las enseñanzas del apóstol san Pedro», lo hacía a «respetar la Constitución, salvaguardar la unidad del país y la armonía social, amar el país y a la Iglesia, siguiendo las orientaciones de la sinificación del catolicismo en China, contribuyendo a la realización del sueño chino».
Perfil bajo
Según informa UCA News, a pesar de la presencia de representantes de la Asociación Patriótica, la celebración tuvo perfil bajo: aparte de ellos y de algunas autoridades civiles, solo participaron unos 20 sacerdotes y un centenar de fieles. La escasez de pueblo se ha atribuido a las medidas de prevención frente al COVID-19, ya que solo pudieron asistir quienes se hubieran hecho una prueba el día anterior y hubiera dado negativo.
Por otro lado, el reconocimiento no tuvo ningún eco en los medios, y al parecer ni siquiera los representantes eclesiásticos fueron informados. Según fuentes eclesiales anónimas citadas por UCA News, el representante de la Iglesia en Hong Kong no fue informado ni por las autoridades chinas ni por el Vaticano.
Deseo de unidad
La publicación recuerda que, en una entrevista a un medio italiano en 2015, monseñor Ma, a pesar de ser miembro de la Iglesia no reconocida, mostraba sus «grandes esperanzas» sobre las negociaciones sino-vaticanas «ya que el diálogo con el Gobierno también ayuda a promover el ecumenismo en la Iglesia». Sus palabras podían referirse al intento de superar la división entre las diócesis y comunidades reconocidas por el Gobierno y las que no lo son, aunque en ambos casos sus miembros están en comunión con Roma.
Nacido en 1971, el prelado se formó en el seminario de Shanxi y fue ordenado sacerdote en 1996. En 2004, a los 33 años, fue nombrado por el Vaticano obispo coadjutor de Shuozhou, una diócesis de unos 10.000 fieles. Se convirtió en obispo en 2007, a la muerte de su predecesor, Bonaventura Luo Juan.
Sin embargo, no llegó a ser reconocido por el régimen. Tras la firma del acuerdo entre China y la Santa Sede, monseñor Ma solicitó este reconocimiento porque (explicó a UCA News) «no es fácil hacer el trabajo sin salir» de la clandestinidad.
Cuenta atrás para septiembre
El reconocimiento de tres obispos en un mes parece ser un signo de esperanza sobre el buen curso de las negociaciones que están teniendo lugar de cara a la renovación (o no) del acuerdo provisional, que tendría que firmarse en septiembre. Los escépticos sobre el acuerdo han subrayado con frecuencia que, en realidad, no había servido para el nombramiento de ningún nuevo obispo. Los dos ordenados en agosto pasado, en realidad, habían sido elegidos antes de la firma del acuerdo.
Sin embargo, como recuerda AsiaNews, otras diócesis clandestinas en Fujian, Zhejiang, Henan, Hebei, Guangdong o Heilongjiang encuentran dificultades para ser legalizadas por la dureza de las autoridades comunistas locales y la exigencia de apoyar una «Iglesia independiente» y de acatar la prohibición de educar en la fe a los menores de 18 años. Aún quedan 28 obispos clandestinos no reconocidos por el Gobierno, y 40 diócesis vacantes.