El Gobierno aprueba la ley rider: «Dignifica el trabajo, pero se perderán empleos»
Las empresas de reparto a domicilio están obligadas a contratar a sus repartidores y revelar sus algoritmos. Las protestas de riders, empresas y sindicatos revelan que «el error ha sido caer en un mercado libre lleno de contradicciones», dice el delegado de Pastoral del Trabajo de Madrid
A partir de ahora, empresas como Glovo, Deliveroo y Uber Eats tendrán que contratar a sus repartidores si quieren seguir ofreciendo servicios a sus clientes. Además, tendrán que comunicar a sus empleados los algoritmos en los que se basan para hacer el reparto de trabajo. Estas son las dos principales novedades de la nueva ley rider aprobada por el Gobierno esta semana y que será efectiva a partir del próximo 12 de agosto, a los tres meses de su publicación en el BOE.
La medida es un avance en la legislación laboral pero no acaba de contentar a todos los sectores implicados. Los sindicatos no han logrado que sus reivindicaciones se extiendan a otros sectores de funcionamiento similar, como los vehículos VTC; las empresas ven tumbada su pretensión de que sus empleados son trabajadores autónomos; y entre los repartidores hay dos posturas: los que aplauden la medida porque protege sus derechos, y los que la cuestionan porque prevén una caída de las contrataciones.
Para Juan Fernández de la Cueva, delegado de Pastoral del Trabajo de Madrid, la nueva norma «dignifica el trabajo de estas personas porque les da una cobertura que antes no tenían», como un contrato, cobertura sanitaria, vacaciones pagadas, derecho a paro y prestaciones por enfermedad.
Sin embargo, al mismo tiempo advierte de que «las protestas de los riders que quieren seguir siendo considerados como autónomos desvelan un miedo real a quedarse sin trabajo, porque llevan meses oyendo que si la ley sale adelante perderán su empleo casi la mitad de ellos».
En opinión del delegado de Pastoral de Trabajo de Madrid, «la solución es complicada», porque «hasta ahora se ha permitido a las empresas hacer cualquier cosa para maximizar el beneficio, y eso no puede ser. Ahora cuesta dar marcha atrás, pero el error ha sido caer en un mercado libre lleno de contradicciones. Hacer las cosas bien a partir de ahora va a costar mucho».
En cualquier caso, «el trabajo tiene que ser digno siempre, poco o mucho. No puede ser que un vacío legal permita que haya trabajadores explotados», añade De la Cueva, para quien «la ley se ha quedado corta al no extenderse a otros sectores», como el de las plataformas de coches VTC.