«Nos estamos acostumbrando al aborto»
La campaña 40 Días por la Vida denuncia que las cifras de aborto son un fracaso para la sociedad «y también para los que defendemos la vida», y pide más oración para que aumenten las mujeres que deciden tener a su hijo y las conversiones de trabajadores de centros abortistas
Con motivo de la festividad de los Santos Inocentes, la madrileña colegiata de San Isidro acoge este lunes una Eucaristía y una Adoración presidida por monseñor Santos Montoya, obispo auxiliar de Madrid, organizada por la propia Colegiata y por 40 Días por la Vida.
Para Ignacio Palacios, uno de los coordinadores de la campaña 40 Días por la Vida en Madrid, las cifras de abortos ofrecidas la semana pasada por el Ministerio de Sanidad suponen «un fracaso como sociedad», en primer lugar «para todos aquellos que defendían el aborto como algo excepcional, pues se ha demostrado que se ha convertido en un método anticonceptivo más, muy dañino para esas mujeres a las que tanto quieren ayudar».
Pero también es «un fracaso para aquellos que defendemos la vida. Tenemos que hacer autocrítica y ver en qué estamos fallando, porque parece que nos hemos acostumbrado» a este fenómeno.
Palacios se pregunta «por qué no rezamos cada día para que este mal se acabe», o por qué «ya no damos nuestro dinero a asociaciones que luchan por la vida», cuando hace apenas diez años «era algo normal entre muchos creyentes».
Para el coordinador de 40 Días por la Vida, las del aborto «son cifras escalofriantes, y eso que no se contabilizan los abortos químicos», y uno puede llegar a creer «que puede hacer muy poco para cambiarlas, ya seas un laico, un sacerdote o un obispo», pero «nos falta esperanza y tenemos que releer pasajes del Evangelio como la multiplicación de los panes y los peces, para darnos cuenta de que podemos ofrecer pequeños gestos que el Señor pueda multiplicar».
Es la experiencia de 40 Días por la Vida, una asociación que nació hace años en Estados Unidos «cuando muchas personas se dieron cuenta de que el aborto era un mal tan grande que no lo podían combatir con fuerzas humanas. Se pusieron a rezar, y fue entonces cuando vieron que la tasa de abortos en los centros ante los que oraban comenzaba a disminuir y algunos trabajadores se convertían. La fuerza de la oración es muy grande».
En Madrid, después de varios intentos en años anteriores, la campaña 40 Días por la Vida se lanzó con fuerza a partir del año pasado. «Convocamos a la gente a orar durante 40 días en turnos de una hora durante doce horas. No hacemos rescates, solo rezamos para que las mujeres se lo piensen y se reconcilien con su maternidad».
Y funciona: Ignacio considera ya un fruto de esta campaña que muchas mujeres ni siquiera se acerquen a los centros de abortos, «y eso es ya consecuencia directa de la oración». Además, en este tiempo ya se les han acercado varias mujeres, una de ellas musulmana, que les manifestaron haberse conmovido al verles rezar y que se echaron atrás en su decisión de abortar. Junto a ello, ya tienen noticia de una trabajadora de un centro abortista que va a dejar su trabajo solo por su testimonio, y que manifiesta que a sus compañeros de trabajo «les conmueve que estemos en la calle rezando durante tanto tiempo por ellos también».