El fotógrafo del cardenal Bergoglio
Enrique Cangas fotografió al cardenal Jorge Bergoglio en momentos icónicos. De allí nació una muestra fotográfica, también en formato libro, que ha recorrido cárceles, hospitales y sueña con llegar a España. Gracias al fotógrafo oficial de Francisco, Francesco Sforza, Cangas pudo ser también fotógrafo por un día del entonces ya Papa
Fue en la Semana Santa de 2017. Cangas viajó a Italia junto a su esposa, la periodista Silvina Oranges, para cumplir el sueño de fotografiar a quien había seguido durante años como cardenal. Una vez en Roma, en la audiencia pública en la plaza San Pedro, vio pasar por la explanada a Francesco Sforza –fotógrafo oficial del Papa–, con su cámara al hombro y le llamó. Allí le entregó su libro, De padre Jorge a Papa Francisco, el camino de un pastor con olor a oveja, con sus fotos icónicas sobre Bergoglio. El fotógrafo del Pontífice tomó su libro y se retiró apurado a su trabajo. A lo lejos, Cangas vio cómo Francesco mostraba el libro a su equipo de colaboradores.
En el momento de los saludos del Papa a quienes estaban en primera fila, todo el equipo de fotógrafos retrató a Cangas y a su esposa. Fue la primera sorpresa. Pero una vez en la oficina vaticana donde se recogen y pagan los retratos con el Santo Padre, apareció Sforza y le regaló las imágenes.
Acto seguido, en un diálogo en español, inglés e italiano, Sforza invitó al argentino a conocer el departamento de fotografía del Vaticano por dentro y a almorzar. El tema inevitable surgió en la cocina. El fútbol. Al terminar de comer, Cangas fue invitado por su colega italiano a cubrir la ceremonia de Semana Santa en el Coliseo. Fue tan imprevisto que no tenía ni un traje. Hasta la chaqueta y la corbata fueron un préstamo de Sforza.
«Allí cumplí mi sueño de ser fotógrafo de Francisco, aunque fuese por un día. Un regalo de Francesco Sforza que nunca olvidaré. Ese día me moví con total libertad por el Coliseo. Fue llegar a lo más alto, una misión eclesiástica y evangelizadora», asegura Cangas en diálogo con Alfa y Omega.
Las dos fotos icónicas
La dos fotos icónicas que realizó Cangas al primer cardenal jesuita en Buenos Aires nacieron en un ambiente de profunda espiritualidad. «Creo que pude fotografiarle en el momento que lo catapultó espiritualmente a donde está hoy, sin lugar a dudas», asegura el argentino. Una de las imágenes, El abrazo, como la tituló en su libro, muestra a Bergoglio de pie pero inclinado, con los ojos cerrados, sobre un joven con gafas que reza por él cruzando su brazo por la espalda hasta su hombro derecho. La otra foto icónica fue en un encuentro con la comunidad evangélica CRECES (Comunidad Renovada en el Espíritu Santo). En ella se ve a Bergoglio arrodillado, su cabeza inclinada, con sus brazos cruzados y los puños cerrados, y los pastores a su alrededores con las manos apuntando a su cabeza. Fueron 5.000 cristianos en ese momento con sus manos extendidas los que pedían, rezaban y oraban por quien se convirtió, 13 años después, en el Vicario de Cristo.
La muestra fotográfica de Cangas nació en una confesión. «Bergoglio, ya llevaba un mes de Papa y un cura amigo me dijo que teníamos que ser los primeros en hacer una exposición».
Con el cardenal Bergoglio nunca tuvo una amistad, lo saludaba y hacía algún chiste futbolero para romper el hielo, nada más. Pero en su trabajo acumuló innumerables fotos del Pontífice en sus primeros años de pastor. Cangas seleccionó las 25 mejores e hizo una exposición pagada de su bolsillo. Pero el impacto fue tal que llegó no solo a parroquias, también a los lugares preferidos del Papa, villas, hospitales y cárceles de toda Argentina. «Sus gestos y actitudes en Buenos Aires es lo que hoy el mundo ve en Roma», afirma el fotógrafo.
Parte de esa muestra original se encuentra permanente en la Ciudad Eterna, en el barrio del Trastévere, en la sede de Scholas Occurrentes. Años después el movimiento Comunión y Liberación impulsó una muestra mayor, con algunas fotos de Cangas, llamada Gestos y palabras. Jorge Mario Bergoglio, una inspiración original, que llegó a sindicatos en Argentina e Italia.
«Mi sueño para el 2020 es que la muestra del Papa llegue a las Islas Malvinas –el libro llegó a la Antártida–, y me gustaría mucho llegar a Europa y sobre todo, a España, porque mi apellido tiene origen allí».