El Foro de Laicos condena los abusos y destaca el «excelente» trabajo de miles de curas
La entidad ha reiterado su posición de «tolerancia cero ante la peste» de los abusos y ha mostrado su cercanía a las víctimas
La Comisión Permanente del Foro de Laicos de España ha reiterado su posición de «tolerancia cero ante la peste» de los abusos «realizados por algunos miembros de la Iglesia», al mismo tiempo que ha agradecido y mostrado su cercanía «a los miles de sacerdotes, de religiosos y agentes de pastoral que, en toda España y durante décadas, vienen realizando una excelente tarea de acompañamiento espiritual, de permanente evangelización y de generosa entrega al servicio del Pueblo de Dios, de la sociedad y en especial de los más pobres». Un valiosa labor que el Foro de Laicos lamenta que pueda verse empañada por el mal uso de datos extrapolados del informe publicado recientemente.
Así se ha expresado la entidad en un comunicado emitido este lunes 6 de noviembre tras la publicación del informe sobre los abusos en el seno de la Iglesia elaborado por el Defensor del Pueblo y encargado por el Parlamento. Un documento en el que se revelaba que el 0,6 % de los 8.013 encuestados manifestó haber sido abusado por un sacerdote o religioso. El 3,36 % confesó haber sufrido esta vejación en el entorno familiar, un extremo que también ha merecido un comentario del Foro de Laicos: «Igualmente condenamos los abusos realizados por personas ajenas a la Iglesia».
Asimismo, la entidad ha aprovechado la ocasión para manifestar su «cercanía» con todas las víctimas de abusos, «que son las que tienen que estar realmente en el centro». Y, en sintonía con los obispos, la entidad se ha sumado a la petición de perdón de la Iglesia española y ha mostrado su apoyo a todas las medidas tomadas desde la Conferencia Episcopal y otras entidades eclesiales para la reparación integral de las víctimas.
Por otro lado, el comunicado también denuncia los abusos de conciencia y de poder, el trabajo infantil o la ablación a las mujeres que se practica todavía en demasiados países. «Existe una cultura del abuso que es necesario revisar y cambiar: un solo caso de abuso ya sería escandaloso», concluye.