El Espíritu sigue soplando y hay que escucharlo - Alfa y Omega

El Espíritu sigue soplando y hay que escucharlo

Con varias fases, el Sínodo pasa «de evento a proceso». Se trata de escucharnos unos a otros para así escuchar al Espíritu Santo

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El pasado domingo, con motivo de la solemnidad de Pentecostés, el Papa subrayó que «el Espíritu no plasma individuos cerrados, sino que nos constituye como Iglesia en la multiforme variedad de carismas, en una unidad que no es nunca uniformidad». «Si escuchamos al Espíritu, no nos centraremos en conservadores y progresistas, tradicionalistas e innovadores, derecha e izquierda. […] El enemigo quiere que la diversidad se transforme en oposición, y por eso la convierte en ideologías. Hay que decir no a las ideologías y al todo», aseveró.

En la celebración con un millar de fieles en el altar central de San Pedro, Francisco pidió, asimismo, que «pongamos a Dios en primer lugar» conscientes de que «no salvamos a nadie, ni siquiera a nosotros mismos, con nuestras propias fuerzas», e incidió en que el presente es una «gracia» porque es «es el momento único e irrepetible para hacer el bien, para hacer de la vida un don».

Este convencimiento de que el Espíritu sigue soplando en la Iglesia y de que todos los fieles suman queda patente en el nuevo itinerario para el próximo Sínodo de los Obispos, que tiene por tema Por una Iglesia sinodal: comunión, participación y misión. Anunciado la semana pasada, el recorrido se articulará en tres fases entre octubre de este año y octubre de 2023: habrá una etapa diocesana y otra continental que darán vida a dos instrumentum laboris distintos, antes de la fase definitiva.

En la novedosa fase de las diócesis se dará voz a todos los bautizados. Después habrá un discernimiento de los pastores por países y, con la síntesis que se haga desde Roma, habrá también un discernimiento por continentes, cuyo trabajo luego se condensará para la Asamblea General. El Sínodo pasará de «de evento a proceso», en palabras de su secretario general, cardenal Mario Grech. Porque al final, como destaca el Papa, se trata de escucharnos unos a otros para así escuchar al Espíritu Santo.