El español Muñoz Cárdaba será el nuevo nuncio en Mozambique
Había tenido que dejar Sudán, donde era embajador de la Santa Sede hasta ahora, por la guerra civil. Se había refugiado en Eritrea, donde la Iglesia se enfrenta a fuertes restricciones
El nuncio en Sudán y Eritrea, el español Luis-Miguel Muñoz Cárdaba, abandonará próximamente su difícil misión en ambos países para representar a la Santa Sede en Mozambique. La Santa Sede ha informado este martes del nombramiento, decidido por el Papa Francisco.
Muñoz Cárdaba, que había sido enviado a Sudán y Eritrea en 2020, tuvo que salir del primer país la pasada primavera como consecuencia del estallido de la guerra civil el día 15 de abril. Al día siguiente, domingo, la Nunciatura sufrió un ataque. «Mientras celebrábamos Misa, entró un grupo de soldados que quería utilizar los jardines y nuestras instalaciones para atacar a la otra parte», relataba horas después a Alfa y Omega. El complejo se encuentra en un punto estratégico, cerca de uno de los puentes que cruzan las tres ramas del Nilo que atraviesan la capital. Le impresionó entonces que «eran jovencísimos, poco más que adolescentes».
Pocos días después, tuvo que decidir y organizar la evacuación de Jartum. «Para mí fue durísima». Tuvo lugar «a toda prisa y en un minuto tienes que tomar muchas decisiones», relató en septiembre durante un evento de la fundación Nigrizia en Roma.
Primero marchó al vecino Yibuti, donde permaneció una semana hospedado por el obispo local. «Fue bonito porque pudimos ayudar a salir a otros misioneros africanos y filipinos», contó. También organizó el traslado del arzobispo emérito de Jartum, el cardenal Gabriel Zubeir Wako, a Yuba, la capital de Sudán del Sur.
Persecución religiosa en Eritrea
A continuación, Muñoz Cárdaba se instaló en Eritrea. «El motivo para ir allí es que pensábamos que la guerra podría finalizar pronto y, aunque el aeropuerto había sido destruido, creíamos que por vía terrestre podríamos volver», explicaba el nuncio hasta ahora en el acto de la fundación Nigrizia. «Por desgracia no ha sido posible y la guerra continúa», lamentó el ahora nuevo nuncio en Mozambique.
En comparación con estos dos países, la situación en Mozambique, si bien no es fácil, al menos permite más margen de maniobra a la Iglesia. El norte del país sufre desde hace ya varios años por la acción de una insurgencia yihadista que ha causado el desplazamiento de casi un millón de personas. Sin embargo, en el resto del país la situación es de más normalidad.