El Escorial dedica un parque infantil a Teresita, la niña misionera
Para Teresita Castillo de Diego, la misión era «hablar de Jesús siempre y dar alegría». Murió el 7 de marzo, a los 10 años, por un cáncer detectado por primera vez en 2015 que fue minando las fuerzas de su cuerpo, pero no las de su alma. Poco antes de fallecer, el vicario de la Vicaría VIII, padre Ángel Camino, OSA, constituyó a la pequeña misionera desde su cama del Hospital La Paz, porque este era el verdadero sueño de Teresita. «Yo pido para que muchos niños conozcan a Jesús —le dijo al vicario—, ¡quiero ser misionera!».
A los dos meses de su muerte, el Ayuntamiento de El Escorial decidió por unanimidad, en sesión plenaria, poner el nombre de Teresita al parque infantil de Los Arroyos, urbanización donde vivía la pequeña con sus padres. Había sido remodelado hacía poco, y pensaron en la niña para darle nombre. La noticia fue recibida por los padres de Teresita, Eduardo y Teresa, «con mucha ilusión y alegría porque ves que la niña es muy querida, también en el sentido humano». Y porque «le pega mucho; Teresita era muy de parque».
La inauguración oficial se ha llevado a cabo este miércoles, 5 de enero, aunque en realidad estaba prevista para el pasado mes de septiembre. En aquella ocasión tuvo que aplazarse por una moción de censura que precipitó el cambio de gobierno municipal, aunque la nueva corporación, agradece Teresa, quiso seguir adelante con el proyecto. Incluida la bendición del parque por parte del párroco de Nuestra Señora de los Arroyos, José Fernando Rey Ballesteros, en una liturgia especial en la que se ha alabado a Dios, que modera «con sabiduría el trabajo y las ocupaciones de los hombres, concediéndoles un tiempo de descanso y honesta diversión para reposo de sus cuerpos y alivios de sus mentes».
Que el parque, continuaba el texto, «cumpla debidamente su misión, favorezca el ocio y el recreo del espíritu y asegure la salud del cuerpo y de la mente, de modo que los que aquí acudan se enriquezcan mutuamente con un trato fraterno». Ese trato fraterno lo ponía en práctica, con creces, Teresita, siempre que acudía a este parque. Le encantaba ir, cuenta su madre, «y daba gusto que se entretuviera tanto». «Siempre decíamos que no hacía falta llevarla a Disneylandia», que con el parque ya tenía, porque además ella, hija única y con un carácter alegre, cariñoso y espontáneo, «aunque no hubiese nadie conocido, preguntaba “¿puedo jugar?, ¿cómo te llamas?”. Y ya tenía nuevos amigos».
Precisamente su padre ha destacado durante la inauguración que «Teresita era mucho de jugar, un modelo de alegría, de saber jugar y de saber compartir». «Que su ejemplo [el de Teresita] perdure siempre en este parque», ha deseado el alcalde antes de que Teresa madre cortara la cinta de la que colgaban globos con el nombre de la niña. En ese momento los pajes reales, que han hecho un alto en el camino de sus majestades para estar presentes en el acto, han soltado unos globos al cielo y el coro de la parroquia ha cantado villancicos.
Una Navidad de paz y alegría
La fecha definitiva de la inauguración del parque infantil Teresita se la comunicaron a sus padres el pasado domingo, 2 de enero, justo cuando se cumplía un año del último ingreso hospitalario de la pequeña, del que ya no regresó a casa.
Esta Navidad la están viviendo «con alegría y con paz» —el momento más duro del año para Teresa fue, en realidad, el comienzo de curso—. «Creo que hay mucha gente rezando, mucha gente que se ha acordado de nosotros». Cuenta mucho también que «todo el rato nos pasan cosas con esta niña», porque reciben muchos «regalos del cielo». Como el de este parque, «muy emocionante» para unos padres que, como destacó en la muerte de la pequeña el vicario —al que vieron en verano, coincidiendo con el cumpleaños de Teresita—, «son icono de la Sagrada Familia».