La insistencia de Meloni en las deportaciones revela su «desprecio al drama» de los inmigrantes
El presidente de la Comisión Episcopal para las Migraciones de la Conferencia Episcopal Italiana (CEI), Gian Carlo Perego, ha explicado que supone en la práctica un «pulso» tanto a los tribunales de Italia como a la normativa europea sobre asilo
La primera ministra de Italia, Giorgia Meloni, sigue empeñada en deportar a Albania a los inmigrantes que hayan sido rescatados en aguas internacionales del Mediterráneo. Una decisión que, tal y como explica el presidente de la Comisión Episcopal para las Migraciones de la Conferencia Episcopal Italiana (CEI), Gian Carlo Perego, supone en la práctica un «pulso» tanto a los tribunales de Italia como a la normativa europea sobre asilo. «Reanudar este protocolo incluso después de que tres tribunales distintos hayan negado la validez de estas detenciones muestra el deseo del Gobierno italiano de mantener un pulso con el poder judicial», refiere Perego.
En efecto, el primer ensayo de este protocolo para tramitar las demandas de asilo político de los inmigrantes sin pisar suelo italiano, iniciado el pasado 16 de octubre, acabó en fracaso rotundo. Las primeras 16 personas trasladadas a Albania fueron transferidas de todas formas a Italia. Dos de ellas por ser menores, dos por estar en condiciones de vulnerabilidad y el resto, por decisión de un tribunal de Roma que no convalidó su retención. Su sentencia se amparó en una reciente decisión del Tribunal de Justicia de la Unión Europea, que estableció que si en un país hay una zona con violaciones de derechos o una minoría que las sufre, debe considerarse todo el país no seguro.
La tercera instancia judicial a la que se refiere el obispo italiano en este choque legal es el tribunal de Bolonia que el pasado 29 de octubre elevó al Tribunal de Justicia de la UE el conflicto entre las normas europeas e italianas en cuestión de asilo para que aclare cuáles deben prevalecer. Tras este revés judicial por partes, el Gobierno de Meloni se apresuró a aprobar un nuevo decreto ley que reafirma sus criterios para los protocolos rápidos de deportación y que amplía a 19 los países que Italia considera seguros. La sentencia del Tribunal de Justicia de la UE los había reducido a siete, y de los africanos solo dejó a Cabo Verde en la lista.
En contraste, «las listas de países seguros que manejan Francia o Alemania solo incluyen nueve territorios», incide Perego, que también preside la Fundación Migrantes de la CEI. Asimismo, deja claro que «la creación de estos campos de detención cerrados, que son verdaderas prisiones, en Albania con procedimientos rápidos para examinar las solicitudes de asilo es además de una señal grave de falta de respeto de los derechos humanos una contravención del artículo 10 de nuestra Constitución que protege a los solicitantes de asilo».
En este sentido, la persistencia de Meloni es una «muestra de rechazo y desprecio al drama de estas personas que parten en situaciones muy graves en busca de la libertad y la justicia europea». Todavía no se ha puesto en marcha, pero fuentes oficiales han confirmado que la nave militar Libra, la misma que efectuó el primer viaje, se situará en los próximos días a 20 millas de la isla de Lampedusa, fuera de aguas territoriales italianas, para empezar a recoger náufragos y luego navegar con dirección a los centros de internamiento en Albania.