El dispensador que aspira a devolver el agua bendita a los templos: «Los fieles lo valoran mucho» - Alfa y Omega

El dispensador que aspira a devolver el agua bendita a los templos: «Los fieles lo valoran mucho»

En la parroquia de Nuestra Señora de Monteolivete han instalado dos. «La gente me dice, “cada vez que me santiguo, pienso en mi Bautismo”. Incluso muchos han buscado la partida y nos la mandan por Whatsapp», dice el padre Ricardo

José Calderero de Aldecoa
Pila con dispensador de agua bendita. Foto: Aqua Sanctus

Una empresa valenciana ha desarrollado un dispensador automático de agua bendita que evita el riesgo de contagio por coronavirus y facilita a los fieles la posibilidad de persignarse a la entrada al templo.

Este sacramental había desaparecido de los templos debido a las recomendaciones higiénico-sanitarias y ahora aspira a volver gracias a AquaSanctus. El sistema funciona a través de un pedal metálico situado en la parte inferior y cuenta con una bandeja de recogida de agua bendita, evitando que esta se derrame al suelo.

El dispensador ya ha sido instalado en varias parroquias de Valencia, como la de Nuestra Señora de Monteolivete, y también en la parroquia de Santa Teresa, en Vigo. AquaSanctus incluso ha trascendido las fronteras españolas y ya se puede encontrar en el Santuario de Fátima y en el de Lourdes.

Petición de los fieles

«Los fieles se quejaban de que no podían santiguarse con agua bendita, nos pedían una solución y coincidió que uno de los feligreses conocía a la persona que ha desarrollado los dispensadores», asegura el padre Ricardo, vicario parroquia de Nuestra Señora de Monteolivete.

Entonces, los misioneros de la Congregación de la Misión –responsables del templo–, se pusieron en contacto con la empresa que ha desarrollado el dispensador e instalaron dos de ellos, uno al lado de cada puerta de entrada.

Tras su instalación, «lo explicamos en las primeras Eucaristías y los fieles lo están utilizando de manera correcta y digna. Lo valoran mucho y están muy contentos». También los sacerdotes. El padre Ricardo reconoce que era «un poco escéptico» al principio. «Pensaba que la gente utilizaba el agua bendita por simple costumbre», pero «me he quedado muy sorprendido. La gente me dice: “cada vez que me santiguo, pienso en mi Bautismo”. Incluso muchos han buscado la partida o el recordatorio y nos lo mandan por Whatsapp».