El discurso de Alsina - Alfa y Omega

Hace unos días, el periodista Carlos Alsina recibió de manos del rey el Premio Francisco Cerecedo, uno de los mayores reconocimientos entre los profesionales del periodismo. Su discurso no ha pasado desapercibido. Alsina compendia, en 19 minutos, la esencia del buen periodismo que merecen escucharse y retenerse.

Porque vivimos el momento de la historia donde más imbuidos nos encontramos por un caótico cosmos comunicativo. Nos enteramos prácticamente a tiempo real de todo lo que está ocurriendo, pero, como el aire que respiramos, gran parte está contaminado y nos impide ver con nitidez; es imperativo acudir a esos grandes bosques que filtran la atmósfera. Y por eso mismo no podemos caer en la tentación del título del libro de Scott Gant, We’re all journalists now. Porque el buen periodismo filtra y trata, sobre todo, de contar aquellos hechos objetivos y verdades demostrables y, solo a partir de ahí, formular opiniones. Decía Alsina que a los auténticos periodistas les mueve el simple y radical apego a la verdad y el valor que se concede a la palabra dada, a la coherencia y a la memoria.

El periodista es a la salud de las sociedades lo que el médico a la de sus individuos. El periodismo, en el marco del artículo 20 de nuestra Carta Magna que reconoce la libertad de expresión, tiene una función social imprescindible para el buen funcionamiento de las democracias. Y de ello es responsable el propio periodista a la hora de ejercer su profesión y de proporcionar al ciudadano las herramientas necesarias para interpretar el mundo que le rodea y no para estar siempre en la trinchera de un lado o de otro —recuerda Carlos Alsina en su discurso que el director de The Washington Post, respondió una vez a Trump: «No estamos en guerra, presidente. Estamos trabajando»—.

Pero no menos responsables somos el resto de ciudadanos cuando respiramos de cualquier aire que nos llega y damos credibilidad a aquello que carece de independencia, de rigor, de decencia o de calidad; es necesario que todos tomemos conciencia de nuestro papel como consumidores a la hora de propiciar una información más responsable. Porque no todos somos periodistas. Alsina lo es, y de los buenos. Enhorabuena por el merecido premio.