El diario de la peste desde una villa miseria
El periodista italiano Alver Metalli ha escrito Cuarentena. Diario de la peste en una villa de emergencia, en el que muestra «cómo en la villa se mezcla el cielo con el infierno y lo bello con el horror», y cómo la pandemia del coronavirus ha sacado a la luz «la religiosidad popular» de las villas, que son «los valores de solidaridad y cercanía». Todo esto lo cuenta el Papa Francisco en el prólogo, donde deja una reflexión: «Estos lugares tan poco tomados en cuenta tienen mucho que enseñar al resto de la ciudad»
Desde la periferia de la periferia, en una villa miseria argentina llamada La Cárcova, el italiano Alver Metalli ha escrito Cuarentena. Diario de la peste en una villa de emergencia, un pequeño libro que comienza con el emocionante diálogo telefónico del periodista experto en América Latina con su padre de 97 años, superviviente del COVID-19 y la Segunda Guerra Mundial.
Alfa y Omega dialogó con el sacerdote, el padre Pepe di Paola, a cargo de la comunidad parroquial donde fue a vivir hace siete años este particular periodista y laico consagrado. «Las cuatro villas que integran nuestra misión son un mundo aparte, sin muros con la ciudad, pero con características muy particulares. Una de ellas es la religiosidad popular», y otra, «la delicada situación socioeconómica actual, donde la pandemia frenó las changas [trabajos precarios]». Esto ha supuesto un incremento en la convivencia «con la marginalidad, con la violencia narco y con el robo». Algo que, por otra parte, «demuestra que muchos viven en cuarentena los 365 días del año».
Minutos antes de ir a la Misa del padre Pepe, que se difunde por Facebook y radio, atiende a este medio Metalli, excorresponsal de la cadena televisiva RAI para América Latina. En un cuadro de Cuarentena, Metalli describe a miles de personas que van a La Cárcova a buscar comida: «En la villa se reparte un plato de comida caliente todos los días al mediodía desde que empezó la cuarentena». Los hombres y mujeres que preparan el alimento son trabajadores precarios que se han quedado sin jornal y dedican su tiempo y energías a aliviar las necesidades de los demás, «poniendo en riesgo su seguridad, lo mismo que todas las personas que vienen a comer empujadas por el hambre», asegura.
El nacimiento espiritual de Metalli fue a los 19 años, cuando conoció a Luigi Giussani. «Son esos encuentros que te enfocan, te dan una mirada sobre ti mismo, sobre el mundo y sobre la vida que te marca para siempre». Luego viajó a Bolonia para estudiar Ciencias Políticas, y en Roma ejerció el oficio de periodista. Fue en 1983 cuando se sumó a Memories Domini, una asociación laica cuyos miembros siguen una vocación de entrega total a Dios y viven los preceptos de pobreza, castidad y obediencia. Esa decisión fue clave para recibir y aceptar la invitación del entonces cardenal y arzobispo de Buenos Aires, Antonio Quarracino, quien lo nombró director de la revista Esquiú.
Del fin del mundo… al centro
Tras la elección del primer Pontífice latinoamericano el italiano creó la web tierrasdeamerica.com, que sostiene viviendo desde la villa miseria para contextualizar noticias desde el fin del mundo para Europa. En las villas son frecuentes los cortes de energía eléctrica, pero esto no fue impedimento para cubrir durante cinco años el pontificado de Francisco y lograr muchas primicias, como por ejemplo la visita del Papa a Cuba. «Muchas noticias nacen de la periferia y luego van al centro», añade.
Desde el centro llegó su espiritualidad y en la periferia se hizo carne. En el libro cuenta que por primera vez en su vida ha entregado la Eucaristía. Fue muy cuidadoso. Primero pidió autorización al padre Pepe y luego envolvió la hostia en un pañuelo blanco. La joven paraguaya estaba postrada en su casa de la villa a causa de un tumor cerebral que se extendió a la columna y piernas. «Sentí que le estaba dando lo que más necesitaba. Nunca me había producido tanta impresión leer el ritual que prepara para la Comunión».
Prólogo del Papa
«Pequeño pero precioso libro», ha escrito el Papa Francisco en el prólogo de Cuarentena. Bergoglio explica detalles de la obra, que demuestran cómo en la villa se mezcla el cielo con el infierno y lo bello con el horror. Además, asegura que la pandemia del coronavirus ha sacado a la luz «la religiosidad popular» de las villas, que son «los valores de solidaridad y cercanía», y deja una reflexión personal: «Estos lugares tan poco tomados en cuenta tienen mucho que enseñar al resto de la ciudad».
Luego se encarga el propio Francisco de incentivar su lectura y difusión, porque la recaudación de la venta en línea de Cuarentena, a través de la editorial San Pablo, irá destinada a la parroquia en la villa que encabeza el padre Pepe Di Paola, demostrando que existe «un rostro apasionante y concreto de una Iglesia pobre para los pobres».