«El deporte es una herramienta educativa insustituible»
Ante una representación de los pilotos y equipos del mundial de Moto GP, el Papa ha explicado que el deporte «estimula una sana superación de uno mismo y del egoísmo, entrena al espíritu de sacrificio y, si se practica bien, despierta la lealtad en las relaciones interpersonales, la amistad y el respeto por las reglas»
Antes de la audiencia, a primera hora de la mañana, el Papa ha recibido en audiencia privada a los pilotos españoles de motociclismo Marc Márquez y Dani Pedrosa. Los motociclistas se han encontrado con Francisco, junto a los italianos Andrea Iannone y Danilo Petrucci y el australiano Jack Miller, en representación de sus compañeros del mundial de Moto GP, que este fin de semana recalará en San Marino.
Durante su discurso, el Pontífice ha subrayado la importancia del deporte para la sociedad actual y lo ha definido como una «herramienta educativa insustituible», «especialmente para las generaciones más jóvenes».
El fenómeno deportivo, «de hecho, estimula una sana superación de uno mismo y del egoísmo, entrena al espíritu de sacrificio y, si se practica bien, despierta la lealtad en las relaciones interpersonales, la amistad y el respeto por las reglas», ha afirmado Francisco.
De esta forma, ha animado a los pilotos «a difundir los valores del deporte: contribuiréis así a construir una sociedad más justa y solidaria». Asimismo, les ha pedido que contagien su pasión. «Cuando leo noticias sobre los suicidios de los jóvenes —y son muchos—. ¿Qué ha pasado allí? Puedo decir que en esa vida faltaba pasión, alguien no ha sabido sembrar la pasión para vivir», aseguró el Papa.
En este sentido, Francisco consideró que un piloto «puede ser campeón en un éxito deportivo, campeón del equipo, lo que sea, pero campeón de la vida es quién vive con pasión, quién vive plenamente».
Por último, ha pedido a los responsables deportivos que «promuevan los valores humanos y cristianos que subyacen a una sociedad más justa y solidaria» y que se encuentran en el deporte. Este «posee la capacidad intrínseca de unir a las personas, fomentando el diálogo y la acogida».
Los pilotos estuvieron acompañados por el presidente del Comité Olímpico Italiano (CONI), Giovanni Malagó, y por Paolo Simoncelli, el padre del piloto Marco Simoncelli, fallecido en 2011 en un trágico accidente durante la disputa del Gran Premio de Malasia en el circuito de Sepang.