El curso escolar «más normal del último lustro» arranca centrado en la salud mental
La única noticia que ha alterado el nuevo curso escolar es la apertura de un diálogo oficial sobre la financiación de la concertada. El impacto de la pandemia en la salud mental será otro tema a tratar
Después de un lustro marcado por la COVID-19 y los cambios legislativos, la principal noticia en el inicio de curso 2024-2025 es la ausencia de noticias. «Precisamente yo llevo cuatro años como secretario general de Escuelas Católicas —su nuevo mandato, tras ser reelegido en junio, comenzó el 1 de septiembre— y este es el comienzo de año más normal de todos ellos», asegura Pedro Huerta en entrevista con Alfa y Omega. «Empezamos sin sobresaltos y esto es reseñable, porque hablar de normalidad en educación no es habitual», lamenta.
De esta forma, con la burocracia educativa en horas bajas, los colegios están pudiendo centrarse en «lo verdaderamente importante, que es la persona», sostiene Huerta. «Lo demás son situaciones que nos despistan de nuestra auténtica misión», añade. En este sentido, el secretario general de EC cree que quizá sea el momento de afrontar definitivamente las consecuencias para la salud mental que ha tenido la pandemia. «De hecho, estamos pensando en dedicar nuestra próxima guía a este tema, tras la que sacamos sobre los abusos», apunta el religioso trinitario.
Al igual que Pedro Huerta, el profesor Manu Velasco subraya la importancia de ir a lo nuclear en el curso que ahora comienza y «no caer en la trampa de la pirotecnia metodológica y tecnológica, queriendo hacer de todo». Según este experto en innovación educativa, «tenemos que empezar por cuidarnos a nosotros mismos para poder cuidar» y luego plantearse retos sencillos. «En mi caso es sacar el mayor tiempo posible para mirar y escuchar a mis alumnos», reconoce este profesor del colegio Santa Teresa, de León, que acaba de publicar el libro Educar con las otras TIC: tiempo, interés y cariño (Grijalbo).
Velasco no rechaza la tecnología. De hecho, «la competencia digital es una necesidad», afirma. Pero «no podemos lanzar a los alumnos al mar de internet, donde hay mil peces de colores, delfines y corales, subidos a una barca pinchada y sin remos, porque el océano también está repleto de piratas, tiburones, pederastia, sexting…». La propuesta de este maestro pasa por que «la tecnología siempre esté al servicio del aprendizaje» y, sobre todo, por trabajar esas otras TIC —tiempo, interés y cariño— para propagar el «efecto purpurina, que es como yo llamo a la difusión del optimismo, de la búsqueda de soluciones, de la confianza. Han de impregnarlo todo, como hace un bote de purpurina abierto», concluye.
Junto con el de poner a la persona en el centro, otro reto que tiene por delante Escuelas Católicas este año es el de ahondar en la comunión entre las entidades educativas que conforman la organización. «La idea es realizar un acompañamiento cercano a los centros, como desarrollo del Pacto Educativo Global propuesto por el Papa y, en segundo lugar, porque necesitamos tener una mayor colaboración entre los miembros, evitando cualquier competencia ante circunstancias que nos preocupan a todos, como es el tema de la natalidad». Los últimos datos del INE hablan de 52.000 niños menos que hace diez años, el peor dato desde 1941.
Una de las muchas causas del invierno demográfico tiene que ver, precisamente, con la conciliación. Ángela Melero, nueva presidenta de Concapa (Confederación Católica Nacional de Padres de Familia y padres de Alumnos), habla del «espejismo de la conciliación», porque «es algo que afecta a todos», a lo que «las autoridades tratan de dar respuesta» y que, al final, «siempre recurrimos a la ayuda de los abuelos». Una posible solución, según Melero, es que el calendario escolar se ajuste de alguna forma al laboral. «Es complicado», reconoce la presidenta, pero «nosotros siempre apostaremos por esta opción para que las familias puedan organizarse de la mejor manera, sin añadir más complicaciones a sus preocupaciones».
No se cubre el gasto mínimo
La única noticia que ha alterado estos días el inicio de curso es el anuncio por parte del Ministerio de Educación de abrir una mesa de diálogo sobre la infrafinanciación de la escuela concertada, en la que se educa el 25 % del alumnado. «Se trata de una buena noticia», porque «el módulo del concierto ha quedado desfasado y no cubre los gastos mínimos necesarios para garantizar la gratuidad de la educación que establece la ley», asegura Huerta, que prefiere mantenerse cauto hasta que las partes se encuentren definitivamente.
«Este diálogo —para el que todavía no hay fecha— es imprescindible para garantizar el seguir ofreciendo una educación de calidad y accesible para todos. Confiamos en que este curso escolar sea un punto de inflexión para avanzar en la financiación adecuada de la enseñanza concertada en España», concluye.