El cuerpo de santa Teresa sigue incorrupto
Se ha abierto su sepulcro y los carmelitas aseguran que las reliquias presentan las mismas condiciones que en la última apertura de 1914
El cuerpo de santa Teresa en Alba de Tormes y una reliquia de su mano procedente de Ronda se someterán en estos días a un análisis para obtener el reconocimiento canónico de Roma. Por ello, hace unas horas se ha procedido a la apertura del sepulcro.
Según anuncia el postulador general de la orden del Carmelo Descalzo, Marco Chiesa, los allí presentes han podido comprobar «está en las mismas condiciones que en la última apertura de 1914». El entonces general de los carmelitas, Clemente de los Santos, quiso ver el cuerpo de la fundadora. Significa, por tanto, que el cuerpo de santa Teresa de Ávila sigue incorrupto desde 1582.
Según informa la diócesis de Ávila, el proceso para llegar hasta la urna de plata que contiene el cuerpo de santa Teresa ha sido complicado. Primero, se ha tenido que retirar la losa de mármol que hay en el sepulcro. Después, se ha procedido al traslado de los relicarios hasta la sala habilitada para el estudio de las reliquias. La comunidad de Madres Carmelitas Descalzas, junto con el postulador general de la orden, los miembros del tribunal eclesiástico y un reducido grupo de religiosos participaron en este traslado cantando el tedeum.
En esa sala, se ha abierto el sepulcro de plata ya solo con la presencia del equipo médico científico y los miembros del tribunal eclesiástico. A los estudiosos ha llamado la atención su magnífico estado de conservación y la robustez del mismo. Además, ha sido necesaria la colaboración de dos orfebres y se ha hecho uso de las diez llaves que protegen el sepulcro: las tres que se conservan en Alba de Tormes, las tres que les ha prestado el Duque de Alba y las tres que conserva en Roma el Padre general, además de la llave del Rey. Tres de esas llaves son para abrir la reja exterior, tres son para abrir el sepulcro de mármol, y las otras cuatro son para abrir la urna de plata.
Una primera visión del cuerpo ha revelado, tal y como cuenta el padre Chiesa, que «los últimos años fueron difíciles para ella en caminar, en los dolores que ella misma describe». «Analizando el pie en Roma, vimos la presencia de espinas calcáreas que hacen casi imposible caminar. Pero ella caminaba. Llegó Alba de Tormes y, luego, la muerte, pero su deseo era seguir y seguir adelante, a pesar de los defectos físicos», explica el postulador.
Todavía es pronto para resultados concluyentes, pero el padre Chiesa asegura que se podrán «conocer datos de gran interés de Teresa y también recomendaciones para la conservación de las reliquias».