El Consejo Europeo debate sobre los corredores humanitarios de Sant’Egidio
El presidente del Parlamento Europeo traslada a los jefes de estado y de gobierno una propuesta que tiene ya sobre su mesa la próxima presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, y que podría facilitar una respuesta conjunta a la acogida de refugiados
El Brexit no es el único tema sobre la mesa en el Consejo de Ministros que se celebra en Bruselas. El presidente del Parlamento Europeo, el socialista italiano David Sassoli, ha propuesto a los jefes de estado y de gobierno «que se establezcan corredores humanitarios a nivel europeo como un instrumento que permita regular las llegadas».
Así lo anunciaba este jueves en una entrevista al diario El País, argumentando que «es muy bonito que tantos países usen el presupuesto europeo para conseguir líneas de metro. Peor debería ser igual de bonito ofrecer solidaridad a los países que lo necesitan en materia migratoria», por lo que propone «la solidaridad como condición para recibir fondos de cohesión».
Sassoli no es el primer líder europeo que se interesa por la iniciativa puesta en marcha por la Comunidad de Sant’Egidio junto a grupos evangélicos para traer de forma segura y ordenada a refugiados desde Siria o el Cuerno de África. La próxima presidenta de la Comisión, la alemana Ursula von der Leyen, que tomará posesión de su cargo el 1 de noviembre, ha tratado ya este asunto con Sant’Egidio, según contó el presidente del grupo fundado por el historiador Andrea Riccardi, Marco Impagliazzo, en septiembre, durante el Encuentro Internacional Paz sin Fronteras celebrado en Madrid. «Todos los países europeos tienen necesidad hoy de fuerza laboral [inmigrante]», y «esta es una vía que pretende quitar agua a los traficantes de seres humanos», argumentó.
Sant’Egidio ha puesto en marcha corredores humanitarios a Italia, Bélgica, Francia y Andorra. También hubo intentos de alcanzar un acuerdo similar con España. La firma parecía inminente en tiempos ya del Ejecutivo de Mariano Rajoy, pero se ha ido demorando desde entonces.
Los esfuerzos están puestos ahora, sin embargo, en los corredores humanitarios, con el objetivo también de buscar una solución conjunta a una cuestión que ha generado serias fricciones en los últimos años en la UE, con el rechazo de diversos países a participar en un reparto de personas refugiadas.
Durante la inauguración del Encuentro Internacional Paz sin Fronteras, el el alto comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados, el italiano Filippo Grandi, criticó a las fuerzas políticas que «de forma manipuladora» centran el debate en sus cuestiones más problemáticas, con amenazas infundadas como que «nos quitarán el trabajo, provocarán inseguridad, amenazan nuestra identidad…». En lugar de eso –dijo–, «si lográramos tener un mecanismo previsible» sobre quiénes tienen derecho al asilo o cómo se distribuyen geográficamente los recién llegados, «podríamos no perder el tiempo con estas cuestiones y centrarnos en los problemas reales». Ahí entran en juego las comunidades religiosas y otros grupos sociales que promueven «valores universales como la hospitalidad y el asilo».