El colegio en el que los rohinyá sueñan con un futuro mejor
En 2015, la población de la zona de Cox’s Bazar, en Bangladés, se triplicó con la llegada de 1,1 millones de rohinyá que huían de la violencia en la vecina Myanmar. «Al principio la gente era muy colaboradora y servicial», recuerda Kutub Uddin Tariq, coordinador de la ONG bengalí We The Dreamers, que participará en el encuentro de Sant’Egidio en Madrid. «Compartían su comida y su casa. Pero ahora las relaciones con los refugiados» están empeorando por la presión que supone su presencia en un país con una tasa de pobreza del 31,5 %.
Por eso, para Tariq, «la mejor solución para la paz es que los rohinyá vuelvan a Myanmar». Una salida impensable de momento. Así que, como parada intermedia, esta organización y otra llamada Muhammadiya, ambas musulmanas, están colaborando con Sant’Egidio para ayudarlos a soñar con ese día… y estar preparados para cuando llegue. Es la labor de la Escuela de la Esperanza y la Paz, que Alberto Quatrucci propuso a las dos entidades musulmanas en diciembre de 2017. «Nos dijo que esperanza y paz era lo que necesitaba la gente. Nos pareció muy interesante».
Gracias a la ayuda de esta realidad de la Iglesia, 300 niños de 4 a 13 años acuden a su centro de educación informal –en el campo no puede haber formación reglada–. Son pequeños muy traumatizados, «que la llegar dibujaban cuerpos ensangrentados y hombres con pistolas. Algunos fueron testigos de las matanzas y vieron arder sus casas. Aquí les enseñamos a ellos y a sus familias por qué la educación y la paz son importantes, y que solo el diálogo pacífico puede hacer que su sueño de volver a Myanmar dé fruto».