El cine, un aliado para «hacer visible la realidad de los refugiados»
El periodista Eduardo Moyano ha publicado este año Peligro: refugiados, un libro que recorre la presencia de este colectivo en el séptimo arte
A Eduardo Moyano, el interés por las migraciones le viene de sus primeros años como periodista en Radio Exterior de España, lugar en el que concluiría su carrera en 2008. Cuando llegó, los españoles que habían migrado a Europa pasaban por los estudios al retornar para conocer y saludar a los locutores. Lo hacían antes de ir a ver a sus familias. En aquella época, a finales de los años 70, también había un departamento que se encargaba de contestar a los emigrantes y sus historias.
Esa atracción, que fue creciendo con el tiempo, se plasmó en un libro, La memoria escondida, sobre la inmigración en España y nuestro pasado de emigrantes a través del cine. Trabajo que amplió con La piel quemada y que ahora cierra con Peligro: refugiados (Ediciones de la Torre), cuyo objetivo es «hacer visible una realidad que viven en el mundo cerca de 80 millones de personas» y que tiene su reflejo en el séptimo arte.
La primera película que sale en la conversación con Alfa y Omega es El techo del mundo, que «habla de un emigrante español en Suiza que tiene un accidente y pierde la memoria, y que a partir de entonces todas las personas que no son suizas –magrebíes, subsaharianos…– se convierten en enemigos». Una memoria de los tiempos en que éramos migrantes y que, en cierto modo, la sociedad española también ha perdido hoy, según constata Moyano.
En su último libro, ha intentado proponer películas significativas que hacen referencia a determinadas zonas –España, Sáhara Occidental, Israel, Hungría y Serbia, Grecia, Siria, Venezuela…– y que, además, traten «de manera admirable el tema de los refugiados». Aquí, aparece otra película: Adú.
«El cine ayuda a poner sobre la mesa la situación de los refugiados. Lo importante es que se vea», explica el periodista, cuyo anhelo es que este libro pueda llegar a colegios, institutos y universidades y se puedan ver y trabajar estas propuestas cinematográficas.
«Creo que el cine cumple la función de entretener, pero también debe formar y ser testimonio del tiempo en que vivimos. Es difícil que muchas películas puedan tener una continuidad comercial y, por ello, mi apuesta es llegar antes. Es decir, explicar a los jóvenes lo que está sucediendo», insiste.
Cree, además, que puede ayudar a que imágenes de muertes y ahogamientos que nos han impactado –el cadáver del niño Aylan en una playa de Grecia, por ejemplo– «pervivan» o a desmontar mitos y prejuicios sobre migrantes y refugiados.
Tres recomendaciones
Moyano concluye con varias recomendaciones para este mes de agosto. La primera, Hijos de los Hombres, de Alfonso Cuarón, que llevó al cine el libro de igual título. «Es una película distópica que habla de la sociedad de 2027. Estamos en 2021 y muchas de esas situaciones las estamos viviendo hoy», explica.
Otra propuesta es Pequeño país, del año 2020, que recoge la tragedia de Ruanda, que causó 800.000 muertos en cuatro meses, a través de los ojos de un niño refugiado en la vecina Burundi. O Alma Mater, que acerca al conflicto sitia a través de una familia que no puede salir de su casa pues corren el riesgo de ser asesinados.