El centro de Madrid lleno de energía y Palabra de Dios
Sacar la fe a la calle sin tapujos ni vergüenza sigue siendo un acto casi subversivo. Pero el Madrid Live Meeting no reparó en miedos
Sacar la fe a la calle sin tapujos ni vergüenza sigue siendo un acto casi subversivo. Saliendo de las procesiones de Semana Santa, algo que el imaginario popular ya tiene inserto en el contexto de nuestro país, cuando vemos celebraciones religiosas en el espacio público aún nos sorprendemos. El pasado sábado el centro de la capital se llenó, a través de no pocos altavoces, de la Palabra de Dios y de la energía de la juventud. El Madrid Live Meeting, un encuentro anual que sirve de arranque de curso para los jóvenes de la archidiócesis, se expandió desde la explanada de la catedral de la Almudena a todos los rincones del vecino Palacio Real, Jardines de Sabatini y hasta la calle Mayor.
Después de participar en diversos talleres que buscaban dar respuesta a los anhelos y deseos de los jóvenes, miles de personas se sentaron en el suelo, a las puertas de la catedral y con la Virgen, iluminada, custodiando desde arriba. Para celebrar la Misa juntos y la posterior Hope Night, la noche de la esperanza, que abrirá las puertas al Jubileo 2025. El frío otoñal no achantó a nadie. Y eso que la brisa, a determinadas horas de la noche, helaba. Pero la Eucaristía, con la reliquia de Carlo Acutis presente, irradiaba el calor necesario para permanecer. No pocos curiosos se arremolinaban en torno a este evento, profesional, bien preparado. Dos jóvenes presentadores acercaban algo que a tantos parece lejano. Hakuna Group Music, Jaqui Lin, Luispo, Mariana Valongo, Paola Pablo, Pablo Sanz y Julia Moreno pusieron melodía a una noche de sábado en la que nuestros chicos y chicas madrileños cambiaron la discoteca por dar testimonio público de que Dios intercede en sus vidas. Y, entre medias, el Papa Francisco, que pidió que hagan «un lío constructivo que nace de los ideales» y que no «rompan las raíces del pueblo», y el cardenal Cobo, que recordó a los presentes que no tengan miedo a la noche, porque, siempre siempre amanece. Y agradeció su presencia a los que fueron sin muchas ganas.