El cardenal Tucho sobre las supuestas apariciones: «Saldrán más en los próximos días»
El prefecto de Doctrina de la Fe aclara a Alfa y Omega la reciente publicación de tantas resoluciones sobre el tema. «Algunas habían quedado congeladas debido a que existía expectativa por una declaración de sobrenaturalidad», afirma
El cardenal Víctor Manuel Fernández es desde julio de 2023 prefecto del Dicasterio para la Doctrina de la Fe. Tras la aprobación el pasado 17 de mayo con su firma de las nuevas Normas para proceder en el discernimiento de presuntos fenómenos sobrenaturales, el ministerio vaticano que encabeza se ha pronunciado en las últimas tres semanas sobre cuatro casos.
¿Cuál es el principal criterio que se sigue para conceder el Nihil Obstat a un santuario mariano?
Los frutos espirituales y pastorales, junto con la ausencia de elementos críticos que puedan afectar negativamente al pueblo de Dios. Si hay supuestos mensajes se analiza detenidamente su contenido para destacar lo que hay allí de bello, positivo, reflejo del Evangelio. Y si algunos —aunque no sean contrarios a la fe y a la moral— pueden provocar confusión, se ofrecen clarificaciones para que sean publicadas junto con los mensajes.
¿Por qué están haciendo públicas tantas resoluciones en estos días? ¿Son todas del pasado y las comparten ahora en un compromiso por la transparencia? ¿O también están discerniendo casos que hayan quedado congelados demasiado tiempo?
Algunas habían quedado congeladas debido a que existía expectativa por una declaración de sobrenaturalidad u origen divino. Con la nueva modalidad ese peso ya no existe y el análisis se facilita.
¿Podemos esperar la certificación positiva o negativa de muchos casos más en los próximos días?
Saldrá alguna más en los próximos días. Las que siguen deberán esperar al menos dos o tres meses porque requieren mayor estudio. Otras requerirán esperar un tiempo más.
¿Qué sería necesario para pasar del Nihil Obstat a un reconocimiento explícito de la sobrenaturalidad de una presunta aparición? Si se cumplieran los requisitos, ¿podría consolidarse algún nuevo santuario con el mismo rigor que los de Lourdes o Fátima?
Ahora eso sería muy excepcional y solo ocurriría si el Papa, por un interés especial, lo solicitara o lo decidiera personalmente. No obstante, no parece necesario, porque hace tiempo que ha quedado claro que ni siquiera una declaración de sobrenaturalidad obliga a los creyentes a aceptar ese fenómeno como de origen divino.