El cardenal Osoro a los consagrados: «La Iglesia tiene necesidad de todos vosotros»
Este evento, organizado por el Instituto Teológico de Vida Consagrada, ha girado en torno a la esperanza
Este sábado, 15 de abril, se celebró la clausura de la 52 Semana de Vida Consagrada, organizada por el Instituto Teológico de Vida Religiosa (ITVR), impulsado por los claretianos, que ha tenido lugar durante la octava de Pascua en Madrid. Una semana que, con el lema Entretejer itinerarios de esperanza, reflexionó sobre los retos y oportunidades de las órdenes y congregaciones religiosas en nuestro país.
La Eucaristía de cierre del encuentro contó con la presencia del arzobispo de Madrid, cardenal Carlos Osoro. En la ceremonia también concelebraron Antonio Bellella, director del ITVR; Vicente Jiménez, coordinador del Equipo Sinodal de la Conferencia Episcopal Española; Fernando Prado, obispo de San Sebastián y misionero claretiano, y el cardenal Aquilino Bocos, misionero claretiano.
Durante la homilía, Osoro resaltó tres aspectos necesarios para una vida religiosa vibrante: ser testigos, ser hombres y mujeres transformados y ser hombres y mujeres que anuncian la Buena Noticia «convencidos de que esta noticia es la más importante». También animó a ser «testigos fuertes de Dios», lo cual, añadió, «supone estar en conversación permanente con el Señor» y a creer, continuó, «en la fuerza del Resucitado, de quien inspiró a vuestros fundadores un día». Además, el cardenal dijo que no solo han de ser testigos, sino testigos transformados y anunciadores: «Estamos llamados a anunciar a Jesucristo».
«La Iglesia tiene necesidad de vosotros»
El purpurado insistió en la necesidad de dejarse transformar: «No solo tenemos que hacer obras, las obras son buenas, pero hacerlas desde una profunda experiencia de Jesús». Y dijo que «la Iglesia tiene necesidad de todos vosotros y vosotras».
Siguiendo el lema de la Semana de Vida Consagrada, el purpurado animó a entregar esperanza en un mundo que, como dice, está viviendo un momento de mucha desesperanza: «Nosotros fundamentamos nuestra vida en Jesucristo. Podemos entregar esperanza».
Finalizó con un envío, parafraseando al Evangelio «id al mundo entero y proclamad el Evangelio», y añadió: «No os entretengáis en cosas secundarias. Buscad el rostro de Jesucristo».
Al finalizar la Eucaristía, Bellella ha querido hacer agradecer a los presentes por haber compartido estos días de reflexión y trabajo: «Sentid la alegría de ser lo que sois: ungidos por un Dios que se nos regala del todo y nos pide que nos entreguemos de la misma manera».
Semana Nacional de la Vida Consagrada
La sesión de apertura de la Semana Nacional de la Vida Consagrada contó con la presencia del nuncio apostólico de Su Santidad en España, Bernardito Auza Y ha disfrutado de un destacado plantel de ponentes, como el profesor Mariano Delgado, de la Universidad de Friburgo; Liliana Franco, presidenta de la Confederación Latinoamericana de Religiosos, o Nadia Coppa, presidenta de la Unión Internacional de Superioras Generales. También han asistido al encuentro, los obispos Vicente Jiménez Zamora, Luis Ángel de las Heras y Fernando Prado.
Cada día de la Semana ha girado en torno a un gerundio, que evoca el movimiento y el compromiso: «enfocando, recordando, subrayando y proyectando. Enfocar expresa el necesario anclaje de la esperanza en el momento actual; recordar orienta hacia la raíz bíblica que sostiene a la Iglesia y a la vida consagrada; subrayar apunta hacia la apertura utópica de la vocación consagrada; y proyectar abre la mirada al futuro», aseguran desde la organización.
Este año el evento ha centrado la atención y la reflexión hacia la esperanza. Bellella aseguró en las palabras de clausura de la misma que «llega en el momento justo y responde a una necesidad real de la vida consagrada hoy. La esperanza es necesaria, no estamos aquí para cumplir una función específica sino para vivir un proyecto de fe. Dios no pasa nunca y los éxitos y los fracasos no son la medida de la esperanza ni de la viabilidad, o de la posibilidad de que la vida religiosa tenga futuro».
Después de escuchar once conferencias con sus diálogos correspondientes, y de participar en una mesa redonda y en un concierto-oración, además de celebrar la eucaristía diariamente, «quizá habría llegado el momento de imaginar que nos situamos en un taller donde se vuelve a montar el telar de la esperanza, con los hilos de las palabras», reflexionaba Bellella.
Además, durante el discurso de conclusiones, el director del ITVR, animó a los religiosos a «recuperar la alegría y superar nuestros miedos». También a «buscar la esperanza allá donde parece que han desaparecido todas las esperanzas, a saber, entre las llagas de Cristo». Para concluir, el claretiano, dijo que la imagen de Dios Resucitado «nos ha de llevar a creer que no es en absoluto un fantasma».