El cardenal José Cobo pide una respuesta humana y justa ante el desafío de las migraciones - Alfa y Omega

El cardenal José Cobo pide una respuesta humana y justa ante el desafío de las migraciones

«La dignidad de cada persona debe prevalecer por encima de discursos económicos, ideológicos o intereses regionales excluyentes», ha afirmado en su homilía de este domingo

Infomadrid
Una familia intentando buscar un futuro mejor después de una agotadora travesía
Una familia intentando buscar un futuro mejor después de una agotadora travesía. Foto: OSV News photo / Adrees Latif, Reuters.

Ante la situación por las crisis migratorias y, en la línea de los mensajes que estos días ha lanzado el Papa Francisco, el cardenal José Cobo, arzobispo de Madrid, ha instado a la sociedad y a los líderes políticos a afrontar el desafío de la migración desde una perspectiva humana. «La dignidad de cada persona debe prevalecer por encima de discursos económicos, ideológicos o intereses regionales excluyentes», ha afirmado Cobo, subrayando la necesidad de priorizar la acogida a quienes buscan una vida digna.

Así lo ha expresado en la homilía de este domingo, 1 de septiembre, en la catedral de la Almudena, donde ha mostrado su preocupación por el sufrimiento y las muertes que se producen en los peligrosos trayectos migratorios.

«No podemos dejarles morir en los trayectos y en manos de las mafias», ha subrayado refiriéndose a los migrantes. En este contexto, Cobo ha resaltado la urgencia de establecer respuestas legislativas que promuevan una migración «ordenada, solidaria y justa», evitando enfoques restrictivos, militarizados o egoístas.

Además, ha abogado por un pacto nacional de migraciones que reúna a todos los partidos políticos, con el fin de superar los discursos ideológicos y oportunistas, y establecer un marco de actuación que conjugue la dignidad humana, el bien común, la seguridad y las responsabilidades compartidas de los estados en el contexto de un mundo globalizado.

Finalmente, el cardenal ha querido hacer un llamamiento a la escucha activa, tanto dentro como fuera de la Iglesia, para atender «la voz de los que llegan y el clamor de los muertos», y construir una sociedad fraterna en la que la migración sea reconocida como una parte integral de su realidad y subsistencia.