El cardenal Grech insta al Sínodo a «no vivir de las rentas»
En la fase final de la asamblea sinodal, ha advertido a los 368 participantes —que este sábado votan el documento final— del riesgo de acumular los dones de Dios que hemos descubierto, «sin reinvertirlos»
El Sínodo sobre la Sinodalidad, la asamblea en la que participan 368 personas que pretende arraigar en la Iglesia un cambio cultural tanto en el modo de gobernar, como en las estructuras, implicando a más laicos y mujeres en la toma de decisiones, ha entrado en su fase final esta semana. Está previsto que este viernes se reúna la comisión de 14 personas que redactarán el documento final que será votado al día siguiente. Este informe no tendrá carácter vinculante, pero acopiará varias propuestas que recogerán los frutos de un largo recorrido iniciado en octubre de 2021 y que serán presentadas al Papa.
El cardenal secretario general del Sínodo, Mario Grech, ha celebrado esta mañana una Misa en la basílica de San Pedro con la que ha impulsado las sesiones de trabajo de esta XVI Asamblea. Durante su homilía, el purpurado ha instado a «no vivir de las rentas» y ha llamado a idear «nuevos caminos».
Nos hemos alegrado de los «signos de vitalidad en cada fase del camino sinodal, comenzando por la escucha, que caracterizó de manera especial la primera fase y que involucró a todas nuestras comunidades».
Así ha advertido del riesgo de acumular los dones de Dios que hemos descubierto, «sin reinvertirlos, sin vivirlos como dones recibidos que ahora debemos dar de nuevo a la Iglesia y al mundo, de sentirnos como si hubiésemos llegado al final».
«Podríamos contentarnos sin buscar nuevos caminos para que nuestra cosecha se multiplique aún más; podríamos correr el riesgo de quedarnos encerrados en nuestros límites conocidos sin continuar ampliando el espacio de nuestra tienda. Podríamos correr el riesgo de vivir de rentas», ha alertado.
Por ello ha instado a mirar hacia el camino que la Iglesia tiene por delante, evitando «la avaricia, el deseo de guardar todo para nosotros, de poseer, de acumular, de definir, de cerrar». «Debemos vencer la tentación de creer que los frutos que hemos recogido son obra nuestra y nuestra propiedad: debemos recibirlo todo como un don de Dios», ha explicado.
Para el cardenal Grech el camino a seguir lo marca el del Espíritu de Dios. Solo el Espíritu Santo «nos permite permanecer abiertos a la novedad de Dios. Nosotros —individualmente y en comunidad, como en un continuo Pentecostés— debemos “dialogar” con el Espíritu Santo, dejarnos iluminar por él, esperando ese “desbordamiento” que es señal de su intervención».
De este modo, ha prevenido de algunas actitudes nocivas. Si solo «nos escuchamos a nosotros mismos, si nos cerramos sobre nosotros mismos, viviremos de rentas, sin esperanza. Poco a poco, lo que hemos recogido comenzará a desaparecer sin ser reemplazado por las novedades que el Señor seguirá enviándonos. Si, en cambio, escuchamos la voz del Espíritu, seremos capaces de identificar nuevos caminos».