El cardenal Fernández intenta restaurar el diálogo con los coptos en una visita a Egipto
El prefecto de Doctrina de la Fe ratificó el rechazo de la Iglesia católica al matrimonio entre personas del mismo sexo después de que el Sínodo copto suspendiera los intercambios teológicos en marzo en respuesta a Fiduccia supplicans
La Iglesia está intentando subsanar el impacto que la declaración Fiduccia supplicans ha tenido en el diálogo ecuménico con las Iglesias ortodoxas y orientales. El prefecto del Dicasterio para la Doctrina de la Fe, cardenal Víctor Manuel Fernández, aseguró el pasado miércoles al Papa copto Tawadros II que la Iglesia católica rechaza el matrimonio entre personas del mismo sexo y que dicho documento sobre la bendición a estas personas y aquellas en situaciones irregulares no pretende legitimarlo de ninguna forma.
Fernández viajó a Egipto para reunirse en El Cairo con el líder de esta Iglesia, que engloba a cerca del 10 % de la población del país, después de que el 7 de marzo su Sínodo decidiera «suspender el diálogo teológico con la Iglesia católica». Expresaba su «firme posición de rechazo» al matrimonio homosexual. «Cualquier bendición, sea del tipo que sea, para tales relaciones es una bendición para el pecado, y esto es inaceptable», abundaban.
El prefecto argentino recordó al líder copto que la propia Fiduccia supplicans define el matrimonio como «unión exclusiva, estable e indisoluble entre un varón y una mujer, naturalmente abierta a engendrar hijos». También la declaración Dignitas infinita, que el mismo dicasterio publicó en abril, subraya la importancia de la complementariedad de los sexos.
En este sentido, «subrayó que la Iglesia católica apoya totalmente» la declaración copta del 7 de marzo «y está comprometida con todo lo que contiene, al considerar que son enseñanzas de la Santa Biblia», según el comunicado del Patriarcado copto. Asimismo valoró positivamente su enfoque pastoral.
No se bendice la unión
En el gesto sobre el que se pronuncia Fiduccia supplicans, explicó Fernández, no se bendice la unión entre las personas sino que, si se presentan juntas, se bendice a las personas, haciendo la señal de la cruz a cada una y añadiendo una breve oración. Pero esto debe ocurrir de manera breve, espontánea, sin ningún rito, sin ornamentos litúrgicos y sin ninguna manifestación externa que pueda hacer confundir esa bendición con una boda. Además, Fernández precisó que este sacramental no transmite «gracia santificante» sino aquellas ayudas del Espíritu Santo que los católicos llaman «gracias actuales», y que empujan al pecador hacia la conversión y la maduración.
Todas estas explicaciones concretaban de forma verbal lo que ya afirmó el cardenal Fernández en una exhaustiva explicación a las Iglesias ortodoxas orientales. Estas la habían pedido en el marco de la última reunión de la Comisión Mixta Internacional para el Diálogo Teológico entre la Iglesia Católica y las Iglesias Ortodoxas, celebrada en enero.
Según el Patriarcado copto, en el encuentro también se realizó una «evaluación de los logros de los últimos 20 años y de la necesidad de desarrollar métodos y mecanismos más efectivos» para el diálogo. Esta frase alude al comunicado de marzo. En él, la Iglesia copta relacionaba la suspensión del diálogo con una reevaluación de estas cuestiones, lo que hacía pensar que se trataba de un cese temporal del diálogo, no definitivo.
Según explica el Patriarcado copto, «el cardenal transmitió los saludos de Su Santidad el Papa Francisco, del Vaticano, alabando los cariñosos encuentros» entre ambos, el último en mayo de 2023 —cuando se anunció que la Iglesia católica veneraría como beatos a los 21 mártires coptos asesinados en 2015 en Libia—. Por su parte, Tawadros II explicó a Fernández el ethos histórico, cultural y social del pueblo egipcio y valoró el «sendero de amor» recorrido por ambas confesiones y transmitió sus saludos al Santo Padre.