El cambio de EE. UU. sobre los asentamientos israelíes «amenaza el proceso de paz»
La Santa Sede y el Patriarcado Latino de Jerusalén han criticado la decisión de la Administración Trump de retirar sus objeciones legales a los asentamientos israelíes en Cisjordania. «¿Cómo es posible anexionarse tierras que pertenecen a los palestinos sin su consentimiento?», se ha preguntado un representante del patriarcado
La Iglesia considera que la decisión del Gobierno de Estados Unidos de cambiar su criterio sobre los asentamientos judíos en Cisjordania «amenaza con socavar aún más el proceso de paz israelí-palestino y la ya frágil estabilidad regional».
En un comunicado hecho público este miércoles, la sala de prensa de la Santa Sede responde, sin aludir directamente a él, al cambio histórico en el criterio de Estados Unidos sobre los asentamientos judíos en Cisjordania, que ahora ya no serán considerados una violación del Derecho Internacional. Una decisión de la que informó el lunes, en una comparecencia pública, el secretario de Estado norteamericano, Mike Pompeo.
Haciéndose eco también de numerosas reacciones internacionales, el Vaticano parece considerar que esta postura de la Administración Trump es otro obstáculo más a la solución de los dos estados para dos pueblos, que considera la «única manera de llegar a una solución definitiva de este conflicto de larga» duración. Un obstáculo que se suma a otras polémicas decisiones de Estados Unidos, como trasladar su embajada de Tel Aviv a Jerusalén o reconocer la titularidad israelí sobre los Altos del Golán.
Derechos de Israel… y de Palestina
El comunicado reconoce el derecho de Israel a «vivir en paz y seguridad dentro de las fronteras que le reconoce la comunidad internacional». Pero subraya que este mismo derecho corresponde al pueblo palestino «y debe ser reconocido, respetado y aplicado».
Por ello, como conclusión, la Santa Sede manifiesta su esperanza de que «las dos partes, negociando directamente entre sí, con el apoyo de la comunidad internacional y en cumplimiento de las resoluciones de las Naciones Unidas, lleguen a un compromiso justo» que satisfaga sus legítimas reivindicaciones.
«Anexionarse tierras sin consentimiento»
Las críticas de la Santa Sede a la nueva política estadounidense llegan un día después de que, desde Tierra Santa, un representante del Patriarcado Latino de Jerusalén la calificara de «pésima noticia para la paz. Una declaración que debe ser condenada».
Monseñor Giacinto Boulos Marcuzzo, vicario del patriarcado para Jerusalén y Palestina afirmó además que se trata de un paso «en la dirección opuesta a la paz, a los derechos de los pueblos y de las personas. ¿Cómo es posible anexionarse tierras que pertenecen a los palestinos sin su consentimiento? ¿Quiénes son los Estados Unidos para decidirlo?». Y, por ello, pidió una pronta reacción de la comunidad internacional.
En declaraciones a la agencia italiana SIR, el vicario se mostró especialmente duro con las palabras de Mike Pompeo en su comparecencia del lunes, de las que dijo que «podrían representar la tumba a la solución [de los dos estados], perseguida por la comunidad internacional y apoyada por la Iglesia».
«Nunca habrá una resolución judicial»
Pompeo había hecho un repaso de la postura estadounidense sobre las colonias israelíes y aseguró que «ha sido incoherente durante décadas». Así, recordó que en 1978 la Administración Carter concluyó que los asentamientos civiles no cumplían con las leyes internacionales, pero apenas tres años después Reagan dio marcha atrás. Compartiendo la postura de este último, indicó que «la creación de asentamientos civiles israelíes en Cisjordania no es per se una violación del Derecho Internacional».
«La dura verdad —concluyó el secretario de Estado americano— es que nunca habrá una resolución judicial al conflicto y que los argumentos sobre quién tiene razón y quién no en función del Derecho Internacional no traerán la paz. Este es un problema político complejo que solo se puede resolver con negociaciones entre israelíes y palestinos».
No a la instrumentalización de la Biblia
Monseñor Marcuzzo también aludió a un pronunciamiento del primer ministro Benjamin Netanyahu, en el que afirmaba que «el pueblo judío no es un colonialista extranjero en Judea y Samaría [Cisjordania, N. d. R.], nos llamamos judíos porque somos le pueblo de Judea».
El vicario para Palestina rechazó las «lecturas políticas de la Biblia» y las «instrumentalizaciones» de este tipo. Se mostró consciente del peso de esta tierra en el texto sagrado, que «debemos tener en cuenta». Pero ello no implica «establecer un derecho de propiedad».