El belén vuelve a la Eurocámara: «Ha sido acogido con naturalidad»

Por tercer año consecutivo, la Eurocámara inauguró el pasado martes su ya tradicional Belén, un acto en el que participó la presidenta del Parlamento Europeo, Roberta Metsola y que contó con la actuación del Coro Amalur Abesbatza, de Vitoria-Gasteiz. La formación, compuesta por 28 voces, acompañaron el evento con su música navideña. Durante la actuación, el coro interpretó un repertorio diverso de villancicos en latín, castellano y euskera.

Durante la inauguración, la eurodiputada Isabel Benjumea se retrotrajo a cuando las imágenes de la Sagrada Familia se colocaron por primera vez en el corazón de la democracia europea. «Algunos vaticinaban que mostrar un nacimiento en el Parlamento Europeo podría ser ofensivo». Sin embargo, señaló que «ha sido acogido con naturalidad por personas de diferentes nacionalidades, ideologías y condiciones, demostrando así la profundidad de las raíces cristianas en Europa».

Benjumea también instó a «sentirnos orgullosos de que el cristianismo sea la religión mayoritaria en Europa, pues representa valores universales como la dignidad humana, la solidaridad y el perdón». Y estas enseñanzas, continuó la europarlamentaria, «han alumbrado a nuestras democracias y son la explicación de nuestros derechos y libertades», inspirando «el conocimiento y el progreso, las más maravillosas expresiones artísticas y establecido los principios del Estado de derecho».

Recuerdo de Valencia

Por su parte, la portavoz del PP y vicepresidenta del Grupo PPE, Dolors Montserrat, que tuvo un recuerdo especial para los valencianos durante su alocución —la bandera de la Comunidad Valenciana ondea en el belén de este año—, destacó que el nacimiento es mucho más que una obra de arte. «La Navidad debe ser nuestro impulso como europeos: seguir protegiendo la libertad, la dignidad y la justicia de las personas. Cada día, en cada rincón, dentro y fuera de nuestras fronteras», explicó.

Asimismo, subrayó que «Europa debe ser firme en la defensa de la libertad religiosa y la esperanza de los cristianos perseguidos por sus creencias». Y añadió: «Nuestra fe cristiana, construida sobre el respeto y la convivencia, es la base de la libertad que hace de Europa un ejemplo para el mundo».