Congreso internacional de belenistas: «El belén es un fenómeno en auge en todo el mundo»
La Federación Internacional de Belenistas pide en un congreso en Sevilla que la tradición del pesebre sea declarada por la UNESCO Patrimonio Inmaterial de la Humanidad
Casi mil belenistas de 15 países distintos participaron la semana pasada en Sevilla en el congreso Franciscus 1223-2023, el evento organizado por la Federación Internacional de Belenistas para recordar la huella de san Francisco de Asís en esta tradición navideña.
«El belén es un fenómeno en auge que está creciendo de manera exponencial no solo en España sino en otros lugares del mundo, sobre todo en Latinoamérica», afirma David Caro, miembro de la Junta directiva de la Asociación de Belenistas de Sevilla.
El congreso ofreció diversas conferencias y mesas redondas, junto exposiciones de dioramas y belenes, con escultores modelando figuras in situ, además de una misa en la catedral sevillana presidida por el obispo diocesano, José Ángel Saiz Meneses.
«Sobre todo hemos podido pasar unos días con gente que comparte nuestra afición y con quienes hemos podido hablar de nuestras técnicas», dice Caro, también escultor de figuras. Todo este interés compartido ha desembocado en una creatividad que se ha plasmado en belenes minimalistas, cubistas e incluso futuristas. «En este mundo están entrando escultores nuevos, con mentes más abiertas, que pueden hacer belenes más contemporáneos, pero sin salirse nunca del núcleo fundamental de la Sagrada Familia, que es el origen de todo, aquello que cambió el mundo por completo», afirma este miembro de la Junta directiva de la Asociación de Belenistas de Sevilla.
Al cumplirse el 800 aniversario del primer belén que san Francisco de Asís, patrón de los belenistas, montó en la cueva de Greccio (Italia), su figura ha estado muy presente estos días, y no ha sido raro verle en multitud de belenes adorando al Niño como un personaje más del pesebre. El secreto para estos 800 años de tradición ininterrumpida es que «el belenismo es una afición muy completa, que une varias técnicas de construcción y montaje que están siempre renovándose, por eso engancha. No tiene fin, siempre puedes ir creando cosas nuevas y gusta a todas las edades», asegura Caro.
Además, todo el movimiento belenista ha apoyado estos días la declaración de este fenómeno como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO. «Es cuestión de tiempo —concluye Caro—, pero está claro que es necesario un apoyo institucional nuestra tradición para evitar que se pierda, para que tenga una visibilidad pública y no dejar que se reduzca solo a una afición doméstica».