El avance del M23 en R. D. Congo desplaza a los salesianos, pero siguen asistiendo a los refugiados
El pueblo de Shasha, donde atendían a los desplazados, ha sido tomado por la guerrilla. Ahora han reforzado su ayuda en la ciudad de Goma
La ofensiva del grupo armado M23 ha obligado a 100.000 personas a abandonar sus hogares para escapar de la violencia, todo ello en un intervalo de pocos días, ha alertado este miércoles la ONG World Vision. Lo ratifican los salesianos del país. «El M23 ha intensificado en los últimos días los enfrentamientos y ha ocupado algunos pueblos», explica en un comunicado Misiones Salesianas.
La ofensiva ha afectado a los mismos religiosos. Uno de los emplazamientos atacados por el grupo rebelde militar es Shasha. Allí los misioneros tenían una pequeña obra en la que precisamente atendían a los huidos del M23 provenientes de otras partes del país. La llegada de los rebeldes al asentamiento lo ha convertido en escenario de combate abierto y tanto los locales como los misioneros han debido abandonarlo a toda prisa. Los religiosos, en concreto, fueron evacuados el pasado martes, explican desde Misiones Salesianas.
Al igual que los religiosos, los congoleños de la región están desplazándose a Goma, una ciudad de 160.000 habitantes en la frontera este del país con Ruanda. En ella tienen sus bases muchas organizaciones humanitarias. Ahora, se hacinan en ella «miles de desplazados en los campamentos» porque «muchas personas se han visto obligadas a abandonarlo todo». No tienen comida ni agua «porque tuvieron que huir con lo puesto para salvar sus vidas», aseguran los salesianos. «Hemos visto llegar a Goma a mujeres de Sake y Masisi aterrorizadas porque, en el caos de la huida, se habían separado de sus hijos», relata David Munkley, director de zona de World Vision.
Sin embargo, alertan desde World Vision, la situación podría empeorar aún más. Goma está cada vez más aislada y corre el riesgo de ser asediada por los combatientes rebeldes armados. Además, tras el cierre de la principal carretera de entrada a la ciudad desde el oeste, el acceso de la ayuda humanitaria a las personas desplazadas es cada vez más difícil debido a la violencia. Por eso, la entidad exhorta a la comunidad internacional y a las organizaciones humanitarias internacionales y locales a actuar con rapidez. Piden asimismo que las partes en conflicto protejan en especial a mujeres y niños.
3.500 familias
A través del centro Don Bosco Ngangi que tienen en esta ciudad, los salesianos están apoyando a los desplazados que no caben en los campos de refugiados. «Ya no hay más espacio, pero en las carreteras seguimos viendo a menores, jóvenes y personas mayores sentados, cansados y sin destino», denuncian los religiosos. Una situación que les preocupa porque podría provocar el estallido de un nuevo episodio de violencia en la región.
Para evitarlo, el campo de fútbol de su escuela se ha convertido en el hogar de 3.500 familias. «Aquí distribuimos alimentos y artículos de higiene, ofrecemos alimentación extra para los niños y niñas y realizamos actividades de ocio con ellos», explican los misioneros en su comunicado.
Además subrayan su deseo de que «los niños y niñas puedan ir a la escuela a pesar del conflicto y de su condición de desplazados». «Queremos que los jóvenes puedan formar y promover actividades generadoras de ingreso, que tengan acceso a la salud y construir un centro ambulatorio en Ngangi», añaden.
En marzo de 2022 el M23 lanzó una ofensiva en la región de Kivu del Norte contra las Fuerzas Armadas de la República Democrática del Congo y la Misión de Estabilización de las Naciones Unidas en la República Democrática del Congo (MONUSCO). Un conflicto enquistado desde hace más de 30 años que en esta última fase ya ha obligado a un millón de personas a abandonar sus hogares.