El abortista Gosnell y su larga sombra
No es una macabra historia de aborto clandestino: el abortista estadounidense Kermit Gosnell se enfrentaba, al cierre de esta edición, a la posibilidad de ser condenado a pena de muerte, tras ser declarado culpable, en Filadelfia, del asesinato de tres bebés a los que cortó la columna vertebral al nacer vivos tras un aborto. Según sus empleados, hizo esto «cientos de veces». El jurado lo considera también culpable, entre otros cargos, de homicidio involuntario por la muerte de una mujer, y de practicar abortos tardíos ilegales. Diversas entidades provida han criticado el silencio mediático sobre el caso, y han recordado que el presidente Obama, cuando era senador estatal en Illinois, votó cuatro veces en contra de proteger a los niños supervivientes del aborto, y apoyó también el llamado aborto por nacimiento parcial, con el cuerpo del niño ya parcialmente fuera.