El 85 % del presupuesto de las parroquias «está en el aire»
Al suspenderse el culto público en las parroquias han desparecido también las colectas de las Misas, con lo que su sostenibilidad está en entredicho. La Conferencia Episcopal recuerda la importancia de las suscripciones periódicas y convoca a una gran colecta online el Jueves Santo a beneficio de Cáritas
La situación de confinamiento y la suspensión del culto público está afectando a las parroquias españolas «como le está afectando a cualquier entidad no lucrativa o a cualquier empresa, que de repente ha visto interrumpida su actividad y disminuidos sus ingresos, pero no así los gastos», explica Fernando Giménez Barriocanal, vicesecretario de Asuntos Económicos de la Conferencia Episcopal Española, para quien «las parroquias españolas siguen haciendo muchas cosas y atendiendo a mucha gente, sobre todo a los más vulnerables». Además de una labor caritativa que no se ha interrumpido, «los gastos de mantenimiento habituales no han descendido y las parroquias tienen que seguir pagándolos. Hay muchas necesidades que cubrir, por lo que el confinamiento está constituyendo en todos los templos un problema grave».
A primera vista parecería que, ahora que las parroquias no tienen culto público, tampoco tienen tantos gastos, lo cual compensaría la falta de ingresos, pero esto «no es exactamente así», afirma Giménez Barriocanal, que incide en que «es verdad que los despachos parroquiales se usan menos, pero muchos templos continúan abiertos para quien pueda acudir, y eso tiene sus gastos de mantenimiento. Y luego toda la actividad que estaba programada no se suspende, solo se retrasa. Además, la atención a las personas más necesitadas sigue en pie, y eso tiene sus costes. Y los sacerdotes también tienen que mantenerse, como cualquiera de nosotros».
El vicesecretario de Asuntos Económicos de la Conferencia Episcopal Española recuerda que el dinero recaudado por vía de la asignación tributaria supone solo la cuarta parte de las necesidades de las diócesis, pues las otras tres cuartas partes proceden de la generación de recursos propios, sobre todo a través de las aportaciones voluntarias de los fieles, la mayor parte procedente del cepillo dominical.
En el caso de las parroquias, las suscripciones periódicas suponen solo el 15 % de lo aportado por los fieles en donaciones y colectas, con lo que actualmente, con la suspensión del culto, el 85 % restante «ha desaparecido prácticamente y está en el aire» en esta situación de confinamiento, afirma Giménez Barriocanal. Por eso, intenta hacer ver que «las parroquias no se sostienen en el vacío y que hay que colaborar cada uno con la suya».
La importancia de las suscripciones periódicas
En este sentido, además de los donativos puntuales que se hacen a la parroquia por medio de las colectas o por cualquier otro medio, «vamos a seguir llamando a la corresponsabilidad con el sostenimiento de la Iglesia a través de las suscripciones periódicas», afirma el vicesecretario de Asuntos Económicos de la CEE.
Estas suscripciones periódicas se pueden realizar en la misma parroquia, a través de las diócesis o a través del portal donoamiiglesia.es, —habilitado a través de la Conferencia Episcopal y desde donde se puede donar a cualquiera de las 23.000 parroquias que hay en España—, lo que permite a las parroquias afrontar con seguridad y estabilidad el conjunto de sus actividades pastorales y asistenciales. Estos donativos periódicos se pueden realizar de manera mensual, trimestral o anual, «y son una buena manera de colaborar con tu iglesia para que pueda seguir haciendo el bien y desarrollar toda su labor pastoral y de acompañamiento. Debemos pensar qué parte de nuestra renta dedicamos a cualquier gasto, a una plataforma audiovisual o musical, y qué parte destinamos a nuestra parroquia».
¿De esta situación va a resultar una mayor corresponsabilidad de los fieles hacia su templo? «Yo creo que sí», responde Giménez Barriocanal. «Las cosas se aman más cuando de repente te ves privado de ellas. En este momento de confinamiento, donde los fieles tenemos muy restringido el acceso a la Eucaristía y a los sacramentos, todos echamos de menos vivir la fe en nuestra parroquia, estar alimentados espiritualmente, compartir la fe con la comunidad… De aquí va a salir una llamada a vivir y sostener la parroquia entre todos».
Desde la Conferencia Episcopal Española se está trabajando en la convocatoria de una gran colecta durante el Jueves Santo, Día del Amor Fraterno, que tradicionalmente se ha destinado a Cáritas. Como este año esta colecta especial no se va a poder hacer en los templos, la CEE va a proponer que se haga online, a través del portal donoamiiglesia.es. «Vamos a solicitar a los fieles el esfuerzo de hacer este donativo para que el brazo caritativo de la Iglesia pueda continuar haciendo cosas», afirma Fernando Giménez Barriocanal. En principio, esta gran colecta de Jueves Santo estará destinada también a Cáritas, «porque en este tiempo tan incierto nos tenemos que seguir acordando de los más necesitados».