La confianza recíproca

En plena Navidad, en el Congreso se vivió una intensa sesión de investidura. Centrados en los apoyos de Sánchez para formar una incongruente y volátil mayoría para ser presidente, los debates fueron broncos y sacaron a relucir de nuevo la polarización de la vida política de nuestro país.

En los últimos años, marcados por la crisis y la irrupción de nuevos partidos, se ha producido una progresiva sustitución de la razón por sentimientos, con cordones sanitarios y descalificaciones al rival convertido en enemigo, así como un cuestionamiento de la legalidad vigente y de las instituciones que la garantizan. Más allá de lo que esto tenga de teatro, lo preocupante es que este clima se ha contagiado a la calle y, con la legislatura que hay por delante, parece difícil que vaya a menos.

El presidente de CEE pidió «que el espíritu de la Transición, que es de diálogo, de confianza recíproca, de reconciliación, no se olvide», porque si no, advirtió, «es muy difícil poder convivir los distintos». La Iglesia, dijo, permanecerá «alerta» ante un «futuro incierto» y seguirá trabajando por este proyecto común.