Ed Langlois: «No tener una casa los empuja a la drogadicción» - Alfa y Omega

Ed Langlois: «No tener una casa los empuja a la drogadicción»

Los trabajadores de Catholic Charities de Oregón siempre llevan naloxona para las sobredosis, explica su portavoz

Victoria Isabel Cardiel C.
El portavoz de Catholic Charities
El portavoz de Catholic Charities. Foto: Karen Mertens.

Las autoridades de Oregón decretaron el 1 de febrero el estado de emergencia durante 90 días para manejar los estragos del fentanilo. ¿Ha cambiado algo?
Han pasado solo tres semanas y, de momento, no se han reducido las muertes por sobredosis. La Policía está cambiando de estrategia. Tratan de convencer a los adictos para que se pongan en tratamiento en vez de arrestarlos. Los camellos suelen mezclar fentanilo con heroína, que es mucho más barato, para ganar más dinero. No tienen escrúpulos, porque saben que así ponen en peligro la vida de la gente.

¿Cómo están afrontando esta epidemia desde Catholic Charities en Oregón?
Hemos formado a todo el equipo que trabaja con personas sin hogar en el uso de la naloxona, un fármaco que revierte la sobredosis. Sus efectos son instantáneos: devuelve a la conciencia a quien la ha perdido, aunque a veces es demasiado tarde. Tratamos de no ser invasivos. No vamos a decirles que está mal que se droguen porque ya lo saben. Además, también tenemos unas 1.200 viviendas para los sintecho. Les damos alojamiento y seguridad, antes de poder empezar a trabajar otros problemas importantes, como la adicción. En cada edificio hay un coordinador de Servicios a Residentes que está muy atento a cualquier signo que denote que alguien está enganchado a las drogas. Si eso se convierte en un problema, tenemos que tomar algunas medidas disciplinarias. Pero el desahucio es una medida extrema porque sabemos que en cuanto estén en la calle consumirán más que nunca.

¿Cuál es el camino para que un toxicómano deje de serlo?
El tratamiento para desintoxicarse. El problema es que Oregón tiene el nivel de acceso más bajo de todo Estados Unidos a este tipo de terapias, según reveló una encuesta federal. Hay largas listas de espera y las personas sin hogar no suelen respetar las citas. Se les hace un mundo si tienen que coger un autobús. Muchas veces es el mismo trauma de no tener una casa el que los empuja a la drogadicción. Se drogan para olvidar sus problemas.

El fentanilo ha provocado un incremento de las sobredosis mortales de 533 % en los últimos cuatro años en Portland. ¿Por qué se concentran allí estos casos?
Es complejo. Como muchas ciudades de la costa del Pacífico en Estados Unidos, Portland tiene un clima templado y muchas personas sin hogar lo prefieren antes que tener que pasar duros inviernos en el interior del país. Además, la vivienda es muy cara. Hay muchas personas sin casa porque simplemente no pueden permitirse alquilar o comprar.

En 2020 Oregón aprobó la llamada Iniciativa 110, con la que despenalizó la posesión de pequeñas cantidades de drogas duras, entre ellas el fentanilo, la heroína y las metanfetaminas. ¿Qué le parece esta medida?
No quiero emitir un juicio político sobre esta medida. Pero lo que sé es que, desde que está esta ley, las muertes por sobredosis han aumentado de manera alarmante. En 2019, en Oregón hubo 300 muertes por sobredosis de drogas. Tres años después, en 2022, se registraron 1.000. Es difícil decir si fue por culpa de la Iniciativa 110, pero desde Catholic Charities creemos que lo importante es que la política invierta en proyectos para que estas personas puedan acudir a terapia y tratamiento.

Pero hay un debate político claro sobre esta propuesta.
Sí, no solo en Oregón. Todos los líderes políticos de Estados Unidos se están replanteando la Iniciativa 110. No creo que nadie abogue por imponer sanciones penales duras para la gente que consume drogas. Pero son muchos los que creen que, para incitar a un drogadicto a iniciar un tratamiento, tiene que enfrentarse a algún tipo de medida de choque, como ser arrestado o ser llevado delante de un tribunal.

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