Ecuador reanuda el diálogo con los indígenas gracias a la Iglesia - Alfa y Omega

Ecuador reanuda el diálogo con los indígenas gracias a la Iglesia

El Gobierno de Ecuador ha anunciado la reanudación del proceso de diálogo con el movimiento indígena tras aceptar la mediación de la Conferencia Episcopal Ecuatoriana

Redacción
Mesa de negociación entre los indígenas y el Gobierno
Mesa de negociación entre los indígenas y el Gobierno. Foto: EFE / José Jácome.

El ministro de Gobierno de Ecuador, Francisco Jiménez, ha anunciado este miércoles que su Ejecutivo se someterá a la metodología, lugares y tiempos que proponga la Iglesia católica en el proceso de diálogo con las comunidades indígenas.

«Hemos decidido aceptar el proceso de mediación que ahora va a impulsar la Conferencia Episcopal, como lo han sugerido las organizaciones del movimiento indígena», afirmó Jiménez.

Con esta decisión, el Gobierno da marcha atrás en su decisión del martes de romper el diálogo ante un incidente violento registrado en la provincia amazónica de Sucumbíos, por el ataque de manifestantes a una caravana para el transporte de combustibles custodiada por militares y policías.

Según las autoridades, en el ataque murió un soldado, lo que derivó en la decisión de acabar con el primer proceso de diálogo que arrancó el lunes bajo la iniciativa del presidente de la Asamblea Nacional, Virgilio Saquicela, y de la Iglesia católica.

El proceso de mediación de la Iglesia se inició a petición de la Confederación de Nacionalidades Indígenas (Conaie), la Federación de Organizaciones Indígenas, Campesinas y Negras (Fenocin) y de Indígenas Evangélicos (Feine), refirió Jiménez, quien aseguró que el Gobierno se someterá las consideraciones que determine el episcopado ecuatoriano para iniciar de nuevo las conversaciones.

El ministro precisó que el Gobierno tomará contacto con la Conferencia Episcopal este jueves mismo para conocer aquellas consideraciones que la Iglesia proponga para iniciar los diálogos.

Las demandas de los indígenas se centran sobre todo en la reducción de 40 centavos de dólar de los combustibles subvencionados, y en el rechazo a la expansión de las actividades mineras y petroleras en zonas donde habitan comunidades campesinas e indígenas, sobre todo en la Amazonía.