Dos temporeros fallecidos en el incendio de un asentamiento en Huelva: «Llevamos 25 años así»
El Secretariado de Migraciones de la diócesis de Huelva denuncia que cuando termina el pico de trabajo por la recogida de la fresa, la Administración reduce la atención y el cuidado en estos lugares
«Llevamos más de 25 años así. La sociedad mira para otro lado y lo asume como algo normal, mientras las ayudas se quedan por el camino». Es la reacción de Emilio Muñoz, director del Secretariado de Migraciones de la diócesis de Huelva al incendio en un asentamiento chabolista de Lucena del Puerto, que se ha llevado por delante la vida de dos temporeros en la madrugada del pasado miércoles. Un fuego que se suma a otro producido días antes en Palos de la Frontera en el que, afortunadamente, no hubo que lamentar pérdidas humanas.
Según explica en conversación con Alfa y Omega, este tipo de sucesos tienen su origen en varias causas. Al margen de las pobres condiciones en las que se encuentran estos lugares, Muñoz añade «la reducción de la atención y el cuidado cuando termina el pico de la recogida de la fresa —dos semanas en las que es necesaria esta mano de obra extra— y ya no interesa económicamente tener a esas personas allí».
«Mientras hace falta la mano de obra, hay mayor atención. Y cuando sobra, no pasa nada si se van y cuando antes, mejor», añade. Es entonces cuando surgen rencillas entre los habitantes por diferentes motivos como el acceso al escaso trabajo que queda o por el mismo control de los asentamientos.
En su opinión, no se puede dar por bueno la existencia de este tipo de lugares, aunque exista un compromiso por que estén lo mejor cubiertos y protegidos, pues «es imposible». Eso sí, mientras sigan en pie, el Secretariado de Migraciones seguirá brindando acompañamiento a los temporeros que allí viven. Los visitan periódicamente y los ayudan a entrar en contacto con las comunidades religiosas a las que pertenecen.
Cáritas pide un plan para erradicar los asentamientos
Por su parte, Cáritas Huelva recuerda en un comunicado que lleva años denunciando «la situación de vida insostenible de estas personas, así como de los cada vez más recurrentes incendios que ocurren en estos poblados». Y añade: «Las condiciones de falta de acceso a derechos, el agravamiento emocional y la perpetuación de condiciones de exclusión social tan severas y prolongadas en el tiempo, agravan, más si cabe, la realidad de estos asentamientos chabolistas».
Así, reclama la elaboración de «un plan que integre medidas a medio y largo plazo y que conduzcan a la erradicación de estos asentamientos y a las causas estructurales que propician la aparición y consolidación de los mismos».