Don Fernando Giménez Barriocanal: La crisis, especialmente dura con los más débiles
La intervención del presidente de COPE, el pasado viernes, en Nueva Economía Fórum, fue una especie de presentación en sociedad del acuerdo editorial entre la cadena de radio y el diario ABC. Don Fernando Giménez Barriocanal –también vicesecretario de la Conferencia Episcopal Española para Asuntos Económicos– habló, en particular, de la respuesta que deben dar los medios responsables ante la actual situación de crisis
«Se ha impuesto en nuestra sociedad la dictadura del relativismo: no existe una verdad absoluta, cada persona tiene su verdad; se ha llegado a decir que todas las ideas son respetables. Permítanme discrepar. Todas las personas son respetables; todas las ideas, no. Se ha impuesto la ética del consenso, según la cual, la ausencia de esa verdad suprema hace que no exista una ética universal. No hay, pues, comportamientos buenos y malos, sino que todo depende de lo que la sociedad en su conjunto pueda dictaminar. Discrepo»: así dijo don Fernando Giménez Barriocanal, presidente y consejero delegado de COPE, en el Foro Nueva Economía, patrocinado por Vodafone. Fue presentado por el director de ABC, don Bieito Rubido, quien se refirió a que, en el difícil momento que vive España, la crisis menos preocupante es tal vez la económica. Necesitamos –dijo– medios de comunicación que defiendan determinados valores como la unidad de España, la necesidad de una sociedad más honesta y más comprometida. A este código ideológico responde el gran acuerdo entre COPE y ABC, cuya presentación en sociedad, por decirlo así, fue este encuentro en Nueva Economía Fórum.
El señor Giménez Barriocanal recordó las recientes palabras del Papa Benedicto XVI: «La crisis económica y financiera actual se ha desarrollado porque se ha absolutizado con demasiada frecuencia el beneficio, en perjuicio del trabajo, y porque se ha aventurado de modo desenfrenado por el camino de la economía financiera, en vez de la economía real. Conviene encontrar de nuevo el sentido del trabajo y de un beneficio que sea proporcionado. Sería bueno educar para resistir la tentación del interés particular y a corto plazo, para orientarse más bien hacia el bien común».
«Se necesitan –subrayó el presidente de COPE– profundas reformas en nuestro sistema económico, pero resultan imprescindibles también medidas que estimulen el crecimiento, y que echamos tanto de menos». Y añadió que «la crisis está siendo especialmente dura con los más débiles». En realidad, porque «hay otra crisis de la que nadie habla, que no cotiza en el Ibex, que no está en la prima de riesgo: se ha perdido –dijo– la dimensión trascendente de la persona humana, y el hombre, privado de Dios, se vuelve profundamente materialista y utilitarista», y acaba perdiendo toda racionalidad. Se consideran trasnochados valores que han conformado desde siempre a la sociedad española y que no son patrimonio exclusivo de la religión, sino patrimonio del hombre.
Un nuevo código ético
Se refirió a modelos de sociedad nefastos, presentados en las series de televisión (divorcio, aborto, ideología de género, papel del hombre y la mujer en el hogar ridiculizados, uniones homosexuales…), que son destructivos. «Todo esto no es gratis –subrayó–, tiene tremendas consecuencias, ya que la vida humana deja de tener un valor absoluto». La vaciedad del ser humano, en tiempos de bonanza económica, puede camuflarse, pero, en los de dificultad, no. «Hace falta un cambio de mentalidad, un cambio cultural y moral. Y para ello hacen falta sujetos sociales vivos y despiertos, con capacidad de estar presentes en un escenario que no deben ocupar únicamente políticos; es la sociedad la que debe ocupar ese protagonismo».
Los medios de comunicación juegan un papel fundamental en todo esto: pueden suscitar esperanza, o depresión. «En COPE, queremos mantener la esperanza, no por voluntarismo o buenismo, sino por la experiencia de la fe que ha cambiado nuestra vida y que, como dice el Papa, no quita nada, sino que lo da todo. Eso es lo que brindamos a la sociedad española».
Recordó que COPE, nacida de la iniciativa social de las parroquias, hace medio siglo, ha asegurado su saneamiento financiero, no tiene endeudamiento bancario y lo ha hecho sin ERES. Lo más valioso de COPE es su personal; de una radio de estrellas, ha pasado a una radio de los oyentes, a ofrecer lo que le preocupa a la gente y lo que la gente quiere escuchar, con «un sonido amable, esperanzado, crítico cuando lo tiene que ser, que aporta y que no destruye». Se manifestó orgulloso de cada uno de los espacios de su programación…, y, por su puesto, de los programas religiosos, y señaló lo esencial de su ideario: el valor social de la familia, la libertad –especialmente la religiosa y la de educación–, el humanismo cristiano, la unidad de España y la monarquía, en el marco de la defensa de la Constitución.
Se refirió al acuerdo logrado con ABC que permitirá, dijo, «ampliar nuestra voz en toda España. Entre dos y tres millones de personas que no podían escuchar COPE, van a poder escucharla». Y este acuerdo, perseguido durante años, «no va contra nadie». No renuncia COPE a otros posibles convenios; éste es plenamente satisfactorio y favorable para ambas partes. Va mucho más allá de lo económico: amplía cobertura en la defensa de los mismos valores. Se trata de sumar fuerzas y no de dividir, en un trasvase fluido de contenidos y en un caminar juntos, respetada la independencia de cada casa. Hay que alumbrar –subrayó especialmente– un nuevo código ético, y eso pasa por la reforma de la educación, donde los medios de comunicación tienen un papel decisivo.
El señor Giménez Barriocanal respondió a numerosas preguntas e interpelaciones de los asistentes, algunos de los cuales también hicieron uso de la palabra. Finalmente el secretario de la Conferencia Episcopal Española, monseñor Martínez Camino, expresó la satisfacción de los obispos por todo lo que significa la cadena COPE al servicio del bien común.