Domund: los testigos siguen haciendo falta - Alfa y Omega

Este domingo, 25 de octubre, la Iglesia celebra el Domingo Mundial de las Misiones, el conocido Domund, con el lema Seréis mis testigos. Se trata de una ocasión privilegiada para entender que la misión ha de estar «en el centro» de la Iglesia y que, «si las comunidades cristianas se miran solo a sí mismas, perdiendo el coraje de salir y llevar la Palabra de Jesús a todos, acaban por extinguirse», en palabras recientes del Papa.

Según remarcó Francisco en un encuentro con los miembros del Pontificio Instituto Misiones Extranjeras (PIME) por los 150 años de su revista Mondo e Missione, la Iglesia no puede volverse autorreferencial y, para mantenerse joven, debe ser abierta. «Si te quedas ahí sentado, sin moverte, ¡envejeces rápido!», aseguró, antes de remarcar que el Evangelio, al encontrarse con otros pueblos y culturas, «nos es devuelto con novedad y frescura».

El Domund y las actividades programadas a lo largo de este mes de octubre por Obras Misionales Pontificias (OMP) permiten, en primer lugar, detenerse y mirar a los misioneros, a tantos hombres y mujeres que dejaron sus hogares para ir a anunciar la Buena Noticia hasta el último rincón de la Tierra. Son sacerdotes, religiosos y laicos que tuvieron la valentía de salir y que gastan su vida, incluso hasta la muerte, para llevar esperanza a quienes muchas veces no tienen nada. En un mundo interconectado, pero al mismo tiempo «marcado por las desigualdades» —en expresión del Pontífice—, su voz resulta profética y su testimonio debe interpelarnos a todos, especialmente a los católicos.

En segundo lugar, esta jornada es un recordatorio de que no podemos dejar de ayudar a los misioneros, tanto con nuestros donativos como con nuestra oración. España siempre ha sido un país generoso con ellos y estos días, a buen seguro, volverá a serlo. Sigamos siendo testigos. Sigamos ayudando a otros testigos.

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