Doctrina de la Fe se pronuncia sobre tres supuestas apariciones en menos de 15 días
El dicasterio ha reafirmado la «no sobrenaturalidad», manifestada por Pablo VI en 1974, de unas supuestas apariciones en Ámsterdam
La supuesta aparición en Ámsterdam de la Señora de todos los Pueblos, una advocación mariana que según algunas voces se manifestó entre 1945 y 1959, fue ratificada como «no sobrenatural» por Pablo VI en 1974. Medio siglo después, el Dicasterio para la Doctrina de la Fe se ha reiterado en esta declaración haciéndola de dominio público.
Este es el tercer caso de supuestas apariciones que Doctrina de la Fe aborda en las últimas dos semanas. El primero fue el de la estafadora Maria Giuseppe Scapulla que decía multiplicar los ñoquis y las pizzas. Y el segundo, los presuntos mensajes de la Virgen a la italiana Pierina Gilli, que según el Dicasterio sí se ajustan a la doctrina católica.
Este acelerón en los últimos días a la examinación de supuestos casos sobrenaturales vienen precedidos por la aprobación el 17 de mayo de las nuevas Normas para proceder al discernimiento de presuntos fenómenos sobrenaturales. Un texto firmado por el propio prefecto Víctor Manuel Fernández y que esclarece los requisitos para reconocer como tal una presunta aparición mariana.
Antes de la publicación de este documento, el procedimiento estándar tras resolver estos tipos de casos era que el Dicasterio le comunicara el resultado de su deliberación al obispo más volcado en la causa y, como mucho, se publicara una noticia posteriormente. Hoy, en cambio, y para evitar cualquier confusión, la decisión de Doctrina de la Fe se comunica públicamente como ha sucedido en las últimas dos semanas.
El Papa Francisco es especialmente prudente antes esto fenómenos y ya ha declarado varias veces, por ejemplo, en una homilía de 2020 en Casa Santa Marta que «la Virgen no quiso quitarle ningún título a Jesús». También en 2023, durante el programa de televisión italiano A sua immagine, sostuvo que «cuando una devoción mariana está demasiado centrada en sí misma no es bueno para la devoción ni para quienes la siguen».